Me levanté a la segunda campanada, aunque mejor dicho, al segundo estruendo de no sé que estación que tengo sintonizada en mi reloj despertador marca Sony; a las 7:10am, en lugar de las 7:00am, ¡qué moncerga! quizá eso es lo que me cuesta más trabajo. Aunque lo que sí puedo decir es que aparte de irme despabilando poco a poco y no saber durante los primeros minutos en dónde estoy o lo que estoy haciendo en ese lugar, aún y después de haberme dado una ducha, la cosa de saber que realmente son las 6:10am, ya que estamos en el artificial horario de verano, me desbarata la consciencia de inicio pero me doy cuenta que dormí mejor, quizá porque mi cerebro no funciona adecuadamente a esa hora, por la falta de costumbre, o porque realmente lo que necesito son menos horas de sueño que las usuales.
Entre la bruma de mi mente atontada, veo una imagen de una mujer, fresca, lozana, lista para un nuevo día, de pronto no sé que hace ahí, pero la silueta me gusta y me hace sentir diferente, sin saber de cierto cómo es que esta figura, en este estado de tanteos matutino, de reinicio de conexiones cerebrales con el mundo exterior, está ahí. ¿De dónde vino? ¿cómo?, se me aparece de súbito cuando ni siquiera sé porque estoy parado frente a la pared creyendo que es una puerta, o la inconsistencia de notar si es que me estoy despertando o me estoy llendo a dormir. Cuando recién establezco que ha amanecido y que lo que busco es el armario para sacar la ropa que ya preparé por la noche, es cuando percibo que la imagen que se cuela en los torpes enlaces de mi mente, en su vacilante despertar, es la de mi linda, la que sólo hace unas horas veía por la pantalla de la Mac.
Con este conocimiento, entonces confirmo que el amor que siento está apostado en regiones variadas de mi ser y no sólo en mi mente, es posible que por eso se diga: "te amo desde mi corazón", no habiendo, al parecer, un músculo u órgano también mencionable, nunca decimos: "te quiero desde mis pulmones" o "te amo desde mi estómago", ni "te quiero desde mi hígado", o a lo mejor ha faltado el poeta que dignifique a todos los demás componentes del cuerpo para poder decir: "desde la profundidad de mi páncreas, que tanto trabaja para controlar el nivel de azúcar en mi sangre, te amo intensamente" o esta otra: "con la intensidad de la labor bien cumplida de mis intestinos, te quiero, como a mi duodeno, como a mi colon", pero por el momento el corazón parece tener cierta ventaja ¿por costumbre?, es probable.
La conclusión es que yo a ti te amo con todas las partes de mi cuerpo, no sólo desde mi corazón, también por ejemplo, desde mis clavículas izquierda y derecha...además de amarte con aquello que no se ve, no porque lo esconda... por favor no te adelantes, hablo de mi espíritu o de mi alma....
Escucha, te amo a pesar de que seas una maravillosa persona, te amo a pesar de que seas grandiosa, te amo a pesar mio...te amo aunque seas tan linda...