domingo, 13 de noviembre de 2016

Una vida plena, Héctor Carpizo


Héctor Carpizo Mac Gregor
*por: fonbòs
Monterrey, N.L. Noviembre 03 de 2016



—¿Y cuándo veía a Cocó? —pregunto al Sr. Carpizo, en referencia a sus largos periodos de viaje que tenía que realizar por su trabajo en 3M, cuando supervisaba, desde la ciudad de México,  el sur y sureste del país.

—Ese es muy buen punto —responde—, pues la veía yo muy poco, me acuerdo de algo que comentaban mis cuates: “Oye Héctor, ya no sigas viajando tanto y dejando a tu familia sola, no vaya a ser que un día llegues a tu casa y salga uno de tus hijos y diga: ¡mamá ahí te busca un señor! ”.

—“Esa es la primera —continúa su relato—, pero eso no es todo, Héctor, si insistes en lo mismo, de estar tanto tiempo fuera de tu casa, la siguiente vez no te va a decir eso, vas a llegar a tu casa, vas a tocar la puerta y tu hijo va a decir: ¡papá, ahí te busca un señor! ”.
 
—*—

    Para quien lo conozca, Héctor Carpizo Mac Gregor es una persona cordial, cercana, amena y que siempre esboza una sonrisa seguida de un comentario positivo para cualquier persona que tiene la suerte de encontrarse o convivir con él.
   
    Hablar del Sr. Carpizo es sumergirse en una vida de pasión, una vida llena de anécdotas y de situaciones humanas maravillosas que con su muy particular manera de hacérnoslas saber, nos transmite ese calor humano que lo define, además de permitirnos ingresar a su mundo, ese mundo de personajes e historias en donde sólo cabe encontrarnos con la vida misma.
   
    Héctor trae lo “campechano” en la sangre, nace en la ciudad de México un 17  de octubre de 1938, de padres originarios del estado de Campeche. Hijo primogénito, luego le siguieron sus hermanos: Ana Cristina, Eduardo y Miguel, complementando a la familia Carpizo Mac Gregor.

    La ciudad de México fue el marco de su formación, ahí crece y realiza sus estudios elementales, los de secundaria y los de preparatoria, luego ingresa a la carrera de Contador Público en la que permanece los primeros dos años, la que abandona para seguir la vocación que ya sentía, era lo suyo.

     Desde joven, ya manifiesta sus características histriónicas, Héctor quiere  ser actor. Para ello se tiene que preparar, estudia tres años en la Academia de Andrés Soler y luego un año más en Bellas Artes.
   
    Como actor novel participa en varios proyectos de teatro experimental, afina y desarrolla sus capacidades. Descubre el teatro infantil en donde, como él dice: “ya era profesional, empecé a ganar dinero”. En esta faceta trabaja para varios escenarios situados en la Unidad Cultural del Bosque que albergaba en la zona, al Auditorio Nacional, al teatro del Bosque, al teatro Orientación (teatro infantil que funcionaba los sábados y domingos) y al teatro Javier Villaurrutia.

    Más tarde, fue en el teatro Cinco de diciembre de la ciudad de México, en donde Héctor actúa en la obra “La estrella adolescente”, a la que acuden como espectadoras, su hermana Ana Cristina y una amiga que la acompaña,    conoce a la que él mismo define como “mi compañera de vida”, Rosario, la amiga que llegó con su hermana a ver la función de ese día, una linda y amable jovencita tampiqueña. Pasa lo que a veces sucede cuando hay afinidad y atracción mutua, Héctor y Cocó —hipocorístico con el que la llaman— se enamoran y posteriormente a través de una fértil relación, deciden formar una nueva familia.

    El dilema de todo actor profesional de teatro: ¿Qué hacer para estabilizar los ingresos para la nueva familia, cuando no sabes si la obra será exitosa, si durará lo suficiente, si habrá pronto o no una nueva en la qué trabajar? Durante la preparación y ensayos de una puesta, no hay ingresos. ¿Qué hacer?, y es, en esta incertidumbre, cuando Héctor decide buscar alternativas.

    Y encuentra una, es cuando ingresa al mundo de las ventas, se contrata como vendedor comisionista en Productos Metálicos (PM) Steel, compañía de muebles para oficina y sistemas de kardex —“sistemas visibles de comunicación”, comenta Héctor—. Es aquí cuando él se topa, gracias a su facilidad para relacionarse con todo tipo de  personas y comunicar claramente cualquier mensaje, un mundo nuevo de posibilidades de desarrollo.

    Y lo hace. A cuatro años de trabajar en PM Steel, se destaca y lo nombran el mejor vendedor del año. Recibe el reconocimiento en el hotel Del Prado de la ciudad de México, todo un gran evento. En la ceremonia, acuden ejecutivos de otras compañías, uno de ellos, Guillermo Romano, que por entonces era Gerente de Máquinas Copiadoras de 3M, se le acerca y lo invita a colaborar con él, en 3M.

    En agosto de 1966, Héctor entra a trabajar a la compañía 3M. El puesto con el que ingresa fue el de Vendedor de Máquinas Copiadoras. División, en ese entonces, de las más importantes de 3M, en donde también se ofrecían equipos visuales, como los retroproyectores, y los  equipos de microfilmación.  

    En tan solo seis meses y gracias a la aplicación y entrega que muestra  Héctor, es promovido como Supervisor  de la División de Máquinas Copiadoras para el sur y sureste del país, visita Veracruz, Villahermosa, Campeche, llega a Oaxaca y hasta Tapachula, viajes que lo hacen estar poco tiempo en casa, comenta: “estaba de viaje tres semanas y sólo una semana con mi familia, fue difícil, pero es algo que había que hacer, y lo hacía con mi mejor empeño”.

    En los primeros meses del año de 1968, Héctor Carpizo recibe la promoción,  en la misma división de copiadoras, de continuar la función de supervisión pero ahora en una ciudad que lo marcaría para siempre, Monterrey. Es en ese año cuando por primera vez, por razones de trabajo, se traslada con su familia a la capital de Nuevo León, dice ante este hecho: “lo mejor que me ha pasado en mi vida, mi adoradísimo Monterrey”.

    Héctor nos indica: “era la oportunidad que me estaba dando la compañía, donde me hubiera mandado, ahí hubiera ido, tuve la bendición de llegar acá en donde, ahora sí que día a día le doy gracias a dios, le tengo tanto, tanto amor a Monterrey y a lo más importante que tiene el estado de Nuevo León que es su gente”.

    Héctor ya había tenido antes la oportunidad de estar en Monterrey en periodos de vacaciones cuando visitaba a  un amigo originario de General Terán; redondea Héctor: “siempre me gustó mucho por acá”.

    Cuando llega a vivir a Monterrey, una de las características que primero nota es la  manera de hacer negocios de la gente, la forma de interactuar más directa y espontánea que en otras regiones en que le había tocado trabajar, menos formal. Recuerda como el uso del “tú”, esa segunda persona del singular, era más común aquí que en las regiones del centro y sur en donde mayoritariamente  utilizaban el “usted” —segunda persona del plural– en el trato e interacciones comunes, formas diferentes.

    Héctor continúa enriqueciendo su bagaje, incrementa sus conocimientos, aunque conserva —como hasta el día de hoy— su sencillez y trato humano en todas las circunstancias. Así, nos señala: “Voy a confesar una cosa: aunque yo venía de ser el mejor vendedor de PM Steel y ahora como supervisor de ventas   en 3M, yo siento que realmente fui un vendedor profesional gracias a la gente de Monterrey que me enseñó, me enseñó a cómo hacer el trabajo, a cómo razonarlo, a cómo ser productivo y sobre todo, a cómo ser rentable”.

    Cuatro años después de haber llegado a Monterrey esa primera vez como Supervisor de Ventas, regresa a la ciudad de México para ocupar la posición de Gerente Nacional de Ventas en la división en la que labora.
   
    Tras cinco años en este cargo en la ciudad de México, en el año de 1981, se le ofrece nuevamente regresar al norte con la posición de Gerente Regional de la Sucursal de Monterrey, puesto que ocupa durante diez años en su querida ciudad norteña. Ahora representa, con su equipo de ventas, a 3M en todas las divisiones en la región norte, un cargo de mayor envergadura y responsabilidad.
   
    En el año de 1991, su buen desempeño y dedicación en el liderazgo de la sucursal de Monterrey, lo hacen merecedor de escalar a una dirección de negocio, posición que le comunica el Ing. Felipe Sánchez, Director Nacional de Ventas y  jefe directo.

    Héctor recuerda esos momentos y comenta: “No me quería ir ¿eh?, no me quería ir”.

A lo que le pregunto:

—¿Le costó trabajo, al Ing. Sánchez,  convencerlo?

—Pues no le costó mucho trabajo —responde Héctor de inmediato—, porque él es muy práctico en sus cosas. Me acuerdo que le dije, muchas gracias, pero yo estoy muy contento aquí, no me gustaría vivir en la cd. de México, etc., etc., y él me puso en un papelito, una “T”, como de duca y bueno y me dice:

“Mira, como gerente regional tienes económicamente esto, tus prestaciones son estas; como director de negocios, son estas, me estás diciendo que te quieres retirar en tres o cuatro años, es el momento que salgas como director con las acciones que vas a recibir de la compañía, un mejor sueldo y prestaciones”.

—Eso era muy buena lana —prosigue Héctor—, muy buenos bonos, económicamente era muy diferente, muy atractivo, pero había que pagar el precio porque en ese entonces mi corazón y mi cerebro estaban totalmente en Monterrey, lo que quería era ser feliz, no me interesaban más puestos ni nada, pero finalmente llegué a la cd de México, para que luego, esa opción que no esperaba, se convirtiera también en una experiencia muy “padre” y enriquecedora, por supuesto, todo un reto llevar una dirección de negocios.

    Así, Héctor Carpizo se hace cargo de la Dirección de Negocios del Grupo del Sector Salud de 3M, incluyendo la división farmacéutica, lo que entonces eran los Laboratorios Riker; el grupo del sector salud de 3M (conocido como Healthcare) contaba con al menos 7  divisiones, todo un desafío.

    Generalmente, el desarrollo implica tomar decisiones, y esas decisiones no siempre nos otorgan el ideal que buscamos, pero finalmente, obligados por un bien mayor, aceptamos llevar a cabo las acciones que la vida nos pone enfrente. Como a toda persona en alguna ocasión, Héctor tenía ante sí, un reto importante que sopesó, no sin antes también, integrar lo que significaba para su núcleo familiar y personal.

    Nos cuenta Héctor: “Parte, muy, muy importante del precio que tuve que pagar, es que yo me fui a (la cd. de) México pero mis hijos no aceptaron, ellos se quedaron acá, tanto mi hijo como mi hija. Compré un departamento para que ellos estuvieran ahí, la casa la renté y solamente mi esposa estaba conmigo, y también relativamente, ella extrañaba mucho a sus hijos, así que como yo me la pasaba de viaje tres semanas, ella se la pasaba con sus hijos cuando la visitaban, esa fue la parte difícil de esa época”.

    Todo tiene un costo, nada es gratis, y eso, Héctor lo sabe y lo ha sabido. Tal como cualquiera que hemos estado en las áreas de ventas y comerciales, sobre todo en éstas áreas, con una posibilidad de movilidad mayor que en otras.

    Prosigue su labor al frente de la dirección de negocios de Healthcare en la ciudad de México, mientras, la compañía 3M sigue invirtiendo en su capacitación y desarrollo, tomó muchos cursos relacionados con las más diversos temas: industriales, de mercadotecnia, de finanzas, de calidad y otros; viajó  frecuentemente a St. Paul en ese tiempo.

    Seis años al frente de la Dirección de Negocios del Sector Salud de 3M (Healthcare), ya eran más que suficientes, por lo que Héctor estaba agotado, nos comenta lo que sentía en ese entonces: “Yo ya me quería regresar, demasiado “stress”, demasiados jefes, cada reporte debía presentarlo a no sé a cuántos; “reviews” cada tres meses, todo en inglés, vicepresidente, director de finanzas y etc., para mi eso era muy desgastante, la verdad de las cosas”.

Sigue diciéndonos Héctor: “Solicité el <early retirement>, que era retirarse a los 55 años, perdiendo, por supuesto, una parte de los beneficios; finalmente me convencieron de no hacerlo”.

—Muy bien, ya no quieres ser director de negocios, dime ¿qué quieres, Héctor?

—Bueno, me gustaría cambiarme, ya no quiero estar en esto, me gustaría en un momento dado estar en el área de RH porque me encanta estar en contacto con la gente, lo más importante para mi, la sangre, lo que se hace y el éxito de 3M es por la gente que trabaja aquí. Por otro lado, también me interesa el área de Calidad, algo que también me apasiona”.

    La oportunidad se abrió en el área de calidad, poco tiempo después fue nombrado Director Corporativo de Calidad, posición en la que trabaja en los siguientes años, y con la que se retira de la compañía en octubre de 1998. Toda una fructífera vida de trabajo y de buen desempeño, treinta y dos años de carrera en 3M México desde aquel lejano 1966 en el hotel Del Prado cuando recibió la invitación de colaborar en la compañía.

    Ahora, en este 2016, a dieciocho años de su retiro, Héctor Carpizo sigue cosechando lo que ha sembrado, desde su querido Monterrey, vive, eso sí y como  ha sido su costumbre, viajando. Pero hoy lo hace enteramente por placer, adonde quiere y siempre con su compañera de vida, su esposa Cocó.  Disfruta a sus seis nietos, dos chicos y cuatro chicas, cuando tiene oportunidad, adora su vida familiar, esa por la que ha luchado desde que la fundó y de la que se siente muy orgulloso.

    Después de su retiro, Héctor siguió activo en diversas asociaciones de Calidad, algunas veces recibiendo reconocimientos por sus aportes y otras  como invitado orador en eventos, en entidades como: Fundameca (Fundación Mexicana de Calidad Total) y la propia 3M.
    

    Recientemente, el grupo de ex 3M de Monterrey, le organizó una sencilla reunión para reconocer su liderazgo, su calidez humana y su maravilloso humor, que como fuente de motivación para todos los que hemos tenido la oportunidad de trabajar y convivir con él, son atributos que le apreciamos en gran medida.
   
    En la reunión, observamos un  video con imágenes de Héctor Carpizo en actividades diversas y con gente de su equipo cuando
Placa de Reconocimiento entregada a Héctor Carpizo
fungía como Gerente Regional, historia viva, luego se le entregó una placa de reconocimiento especialmente diseñada para este día, y por supuesto, nos deleitamos con las emotivas palabras que Héctor Carpizo pronunció.

    Durante la reunión, Héctor   recibió una llamada telefónica sorpresa de su antiguo jefe y amigo de 3M, el Ing. Felipe Sánchez, un momento muy emotivo y de gran significado que todos disfrutamos al ser compartida por medio del altavoz del teléfono a los ahí reunidos.
Hétor Carpizo en conferencia telefónica con Felipe Sánchez

    Fue estupendo escuchar al Ing. Sánchez y reconocer su acento que lo distingue, después de tanto tiempo. Héctor Carpizo nos ha compartido anécdotas maravillosas que vivió con él. Todos recordamos aquellos “reviews” meticulosos y detallados del Ing. Felipe Sánchez cada vez que nos visitaba en la sucursal de Monterrey, la oficina crecía en vertiginosidad y
Héctor Carpizo compartiendo la llamada de Felipe Sánchez
movimiento, lo más memorable, es que todos, absolutamente todos, participábamos en las revisiones de resultados frente al Director Nacional de Ventas junto a nuestro Gerente Regional y Supervisores. Línea de integración de equipo que ya teníamos con el Sr. Carpizo en el día a día de la sucursal y que, Felipe Sánchez confirmaba con su estilo directivo.   

    Don Héctor Carpizo, con la sencillez y calidad personal que lo caracteriza, comentó al respecto de esta reunión: “Yo siento que he sido un hombre de mucha suerte, recibí por parte de 3M, y otras varias asociaciones, reconocimientos de esto que disfruté muchísimo, pero te doy mi palabra de honor, que nunca fue más importante de lo que he recibido, con todos ustedes, es lo que más me llegó al corazón, lo que más agradezco y agradeceré toda la vida, ustedes me hicieron el viejo más feliz”. 


Don Héctor Carpizo agradeciendo emotivamente la reunión en su reconocimiento.


    Honor a quien honor merece, y decididamente, Héctor Carpizo Mac Gregor lo merece, sin ninguna duda.

    Como una vez le dijo su padre:   “Cuando estés en algo que no conoces, primero aprende, y la mejor manera de aprender es escuchar, ver y quedarte callado, si tienes duda, pregunta”, palabras sabias y valiosos que Héctor Carpizo tomó muy seriamente de su papá, y que como vemos, ha sabido ponerlas en práctica.

    Felicidades a don Héctor por esa vida plena que ha llevado, y que así lo siga haciendo por muchos años más.
 
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Comunidad Ex 3M
Monterrey, N.L.







Grupo de Ex 3M Mty. con Héctor Carpizo.
Grupo de Ex 3M Mty. disfrutando el convivio con Héctor Carpizo.