jueves, 14 de marzo de 2019

El ARTE de transmitir sensaciones por medio de un escenario, de una voz y de un cuerpo



Charla con el maestro, actor, director y escritor Fernando Leal

Por: fonbòs
Lunes 11 de marzo de 2019


“Lo que caracteriza a nuestro mundo es que está sentado. La mima corpórea se levanta, se divierte representando al mundo, estar en la mima es ser militante, un militante del movimiento en un mundo que está sentado”.
Étienne Decroux

   

    “Cuando llegué a Monterrey –cuenta Fernando–, procedente de Linares, me equivoqué de escuela, me inscribí en una creyendo que era la escuela de música, esa era la formación que traía a mis 16 años, flacucho y espinillento, quería ser músico, luego, ahí me dijeron: ¡actúa!, y lo hice. Mi maestro, Sergio García, me indicó, voy a hacer una obra en donde te tienes que encuerar, tienes que controlar tu erección en el escenario…”

    Un año después, Fernando se casa con una de las compañeras actrices de la obra y es mencionado, por la critica y prensa de la ciudad, como actor revelación del año en la polémica puesta “Equus” de Peter Shaffer, escenificada en la ciudad en 1976. A partir de esa “equivocación” de escuela, recién llegado de Linares a la capital del estado de Nuevo León, Fernando no se ha separado de los escenarios, el teatro se fue adhiriendo a su piel y a su alma, cuando uno lo conoce, observa, aclara su mente y no queda mas remedio que aceptar contundentemente que no habría podido haber un yerro tan afortunado.

    Para el maestro Leal, el teatro, el arte, es algo serio, profundo, que no quiere decir que en la comicidad no resida lo serio, lo substancial, tanto así como en el drama, del que igual en ocasiones nos arranca más risas, Fernando comenta: “el arte es una cola de la cultura, es la cola de una sociedad, es el legado, es lo que vas dejando, la historia es la chismosa, la que registra esa secuela” . Para él, el teatro es ese registro, esa historia, no hay diferencia, la escena en el foro y en la vida, es la misma, solo contada por diferentes vehículos y estímulos.

    El artista, el actor, director o dramaturgo en este caso, es el artífice del guión, de la dirección, del argumento, el que da vida a lo que cuenta, que provoca, que sacude, el que desafía, el maestro Leal dice a este respecto: “el artista es el que encuentra la desarticulación de la sociedad para que después pueda exponerla y la misma sociedad la articule compendiando lo que es la descomposición y entonces en esa nueva articulación, con esa inducida y aparente falta de componentes que el artista propone, pueda tomar esa autoestima, esa personalidad, esa identidad y se sienta campeón de lo que es componer lo que no entendía”.

    Continúa: “el artista, el actor, es un chamán, es un ente que debe de tener lo que es una forma inteligente de hacer que el espectador sea el actor. El artista es concretamente en nuestro país alguien que nutre la vanidad, eso significa el requerir aplausos, en la escolástica nacional, en los diferentes géneros, teatro, música, danza, pintura, quiere ver proyectado su trabajo y quiere ser halagado”.

    Conversar con Fernando Leal es un deleite, un tipo de mediana estatura, delgado, no muy propenso al halago directo ni al protagonismo que uno esperaría observar en una persona con el talento y experiencia que éste tiene, al contrario, es sumamente accesible expresando una caballerosidad que transmite con su voz grave y modulada, y esa nariz que divide su cara un tanto asimétricamente, lo que la hace más que adecuada, exacta en él, protuberancia que le imprime, como al poeta Cyrano, un aire singularísimo a su proyección, la naturaleza hace su trabajo preciso y nos provee de las herramientas justas para lo que estamos hechos, Fernando incluye unos ojos marrones inquisitivos y profundos, muy al estilo sefardita que las poblaciones como Linares, Montemorelos, Terán, Zuazua, Ciénega de Flores y muchas otras  proveen en sus hijos en este mundo noresteño a veces incomprendido, ojos que todo lo ven y todo lo desarticulan para proponer nuevas articulaciones al público, arte por arte.

    “Mi mamá me decía: te vas a volver maricón y drogadicto”, nos comenta Fernando, cuando en aquellos tiempos de su adolescencia el teatro entró en su horizonte, por error, ya sabemos, y es que ser hombre o mujer de teatro o de la farándula, tiene sus prejuicios y fama muy arraigados entre la gente, pero eso es bien sabido, en el caso de Fernando Leal no ha sido así, no es maricón ni drogadicto, quizá otras cosas, como tú o como yo, pero las dos profecías que mencionaba su madre, no se cumplieron. Fernando habla con orgullo de su madre: “mi madre fue una gran pintora, estudió en San Carlos, en México”. Cuando lo hace de sus hermanos, igual, lo hace con enjundia: “casi todos mis hermanos aunque sean antropólogos y de otras profesiones, todos tuvimos formaciones artísticas.”

    “Esteban de la Cruz, así es en español Ètienne Decroux”, dice en tono jocoso el maestro Leal, y sigue: “así se llamaba mi papá, Ètienne, o sea, Esteban”. En la vida de Fernando muchos han sido sus maestros, entre ellos precisamente Ètienne Decroux, en Paris, mismo maestro que corrió de su escuela al famoso mimo, también francés, Marcel Marceau, Fernando recuerda: “Decroux decía que el rostro es la parte más mentirosa del cuerpo, cuando Marceau se pintó la cara de blanco y se puso camisetas de rayas, lo corrió de la escuela”, irónico, pero ahí está la historia. Decroux, extraordinario mimo corporal dramático, fue un gran reformador del teatro, apoyándose en el desarrollo y técnica del movimiento corporal para contar historias dinámicas, como nunca antes. De su escuela han salido, a su vez, grandes artistas, algunos como Alejandro Jodorowsky, Jean-Louis Barrault, Thomas Leabhart, y el mencionado, aunque alejado de su escuela clásica, Marcel Marceau.

    Fernando, tomó clases con el reconocido internacionalmente maestro, mimo, director y clown teatral mexicano Sigfrido Aguilar. Dice en el sitio (www.sigfridoaguilar.org): “El grupo Mimus Teatro de Monterrey (fundado por Fernando Leal) que estuvo asociado con la escuela de Sigfrido Aguilar EBPANTEAC –Estudio Búsqueda de Pantomima-Teatro AC–, vivió por casi una década con la representación de “La Lotería” por el interior del país y fue reconocida, con dicha obra, en los 80 por la Muestra Nacional de Teatro como el mejor grupo de provincia”. La Asociación Nacional de Críticos le otorgó a Mimus-Teatro la mención de mejor grupo teatral en el año de 1987.

    Un actor real, comprometido, se tiene que desprender de sí mismo pero sin hacerlo del todo, como dice Fernando: “Hay que neutralizar el cuerpo, como un bastidor, igual que el fotógrafo retratista neutraliza con el fondo negro para evitar distracciones. En ese bastidor blanco, puedes caracterizar diferentes personajes, tú naces ya en sí con una firma, yo no te puedo quitar tu color de piel, tu cabello, tu nariz, no puedes borrarlos, no puedes hacer eso, por ello es necesario neutralizar la asignatura, lo que te identifica, la herencia. Si tú ya traes un lienzo en tu vida, el actor corporal trata de neutralizarlo para que pinte sobre ese lienzo que se genera, el blanco, entonces de pronto eres un ladrón, un pedófilo, eres un médico, persona, personalidad, personaje, maneras de encontrar esta neutralidad”.

    En el 2018, recordamos la puesta “Un caballo bronco que se convirtió en burro”, una sátira que expresa la exacta decepción que el pueblo en general ha expresado en las calles, en las esquinas, en los clubes, en casa, acerca de la gestión del gobernador del estado de Nuevo León Rodriguez Calderón y de las promesas de campaña incumplidas durante su gestión, recortes presupuestales a las áreas e instituciones culturales, resurgimiento de la violencia y “el chapulineo” que intentaba (y que hizo) para contender por la presidencia de la república cuando repetidamente antes dijo hasta el cansancio que no haría, que terminaría completo su trabajo como gobernador del estado, sin interrupciones. Fernando alzó su voz como lo sabe hacer, por medio del teatro y de su arte, fue el portador, con su obra, de lo que el pueblo pensaba y piensa, al menos de buena parte de él. La parte social y comprometida del maestro Leal.

    A pregunta expresa sobre la reciente representación de su obra teatral “El entierro de la Tierra”, llevada a cabo en la Galería El Zaguán, en el Barrio Antiguo de Monterrey el pasado domingo 10 de marzo, el maestro Leal nos dice acerca de esta singular obra en un acto: “…es una cacofonía, es un pleonasmo, se presentó por primera vez hace veinte o treinta años, no recuerdo, es una propiciadora de lo que es la reflexión a la depredación del humano que hace con la Tierra, el mundo es diferente a la Tierra. Es un juguete (la obra), una travesura, trabajé mucho en basureros, en donde está el depósito de basura del Topo Chico. Tenía una actriz muy gustosa, en su apariencia, su forma, qué más horripilantidad de lo que podría ser la belleza, tenía en ese entonces una manera de contarlo…”, que, continuando con la idea de Fernando, es tan actual como antaño, una propuesta vanguardista, vale la pena, la obra “El entierro de la Tierra” continúa temporada en el Barrio.

    Una vida dedicada al arte, al teatro en sus diversas manifestaciones, trozos de su carne colocados en cada ensayo, en cada letra, en cada foco fundido, en cada accidente en la tramoya, en cada tercera llamada, en cada cortina atascada, en cada dicción, en cada sonido o silencio que no debería estar ahí, carne lista para ser devorada por el vaivén del foro, por la vida misma, así ha sido, como la de cualquier persona comprometida en los asuntos muchas veces mal entendidos del teatro y su entorno, así va la vida de Fernando Leal, un hombre común que a su pesar, no lo es tanto.


“Es más importante considerar que el actor es el público y no el artista o ejecutor que está en el escenario”.
Fernando Leal


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*fotos: fonbòs

¿Será la Tierra enterrada o es que solo está entierrada?




¿La podremos salvar? ¿qué tan delicado es el asunto?


Por: fonbòs
Lunes 11 de marzo de 2019.

   Este pasado domingo 10 de marzo, aquí en Monterrey, los asistentes al re-estreno mundial de la obra “El entierro de la Tierra”, obra en un acto original de Fernando Leal, tuvieron la oportunidad de averiguarlo. Una obra llena de actualidad desde que fue concebida hace algunos años atrás, como lo es hoy mismo, sobre todo en estos tiempos que los cambios en el clima del planeta nos parecen más evidentes e innegables.

    El Humano marrano no lo entiende, la propia Tierra y la Contaminación intentan explicarle una y otra vez de qué va el asunto, quien es el responsable de la contaminación del aire, la basura de los mares y toda la suciedad en el mundo y claro, todo lo que este dispendio ocasiona al vapuleado Globo Terráqueo, pero el humano está sordo, ciego y aturdido, no es consciente que sus acciones son la principal causa del estado de nuestro planeta.

    Estas interacciones entre la Tierra, la Contaminación y el Humano, por cierto, personajes entrañables, logran un dinamismo maravilloso que va transportando al espectador al centro mismo del conflicto y de su natural comprensión, integrándose a la historia y convirtiéndose también en personajes de ella, exactamente como en el mundo real. Como
a su autor, Fernando Leal, la obra nace como un juguete, una travesura, tan palpable por su misma esencia universal y sus negros vaticinios, si no hacemos algo ya.

    La Galería El Zaguán, cito en la calle Padre Jardón #915, fue el lugar en que la obra fue presentada con muy buen éxito, las dos funciones iniciales, 13:30 y 15:30 hrs., tuvieron una excelente afluencia, niños, jóvenes y adultos se divirtieron, interactuaron con la Tierra, con la Contaminación y con el Humano, es más, cada espectador se convirtió en su propio personaje, en él mismo. Lo más importante, la reflexión en la que cada quien se embebe y que es capaz de generar consciencia y esperanza. 

    Este próximo domingo 17 de marzo, en el mismo lugar del Barrio Antiguo, se representará la obra en funciones de matinée, a la 1:30 y a las 3:30 de la tarde, venga a divertirse en familia, con sus niños, con sus sobrinos, en pareja, en grupo, solo, como lo deseé, lo esperamos, seguro que le dejará un muy buen sabor de boca, y sin duda, lo hará pensar… y si todo va bien, a crear consciencia moviéndolo a  actuar.


                          


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*fotos: fonbòs