viernes, 11 de julio de 2014

La inexistencia del Tiempo/Capítulo 8/Crónicas terrícolas por Kadok

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Pasado, presente y futuro, son los estados del devenir, lo que fue, lo que es y lo que será. Los humanos están tan acostumbrados y tan firmemente enganchados a estos estados que nunca objetarían su existencia, sin embargo ¿es así realmente?

Vive el presente, no vivas en el pasado, disfruta tu hoy; piensa en tu futuro cuando tomes una decisión; deja el ayer y disfruta este momento; ahorra para tu futuro; sé siempre puntual; “al que madruga le amanece más temprano -o Dios le ayuda-” o la otra contestataria: “no por mucho madrugar amanece más temprano”; no te aflijas hombre, mañana será otro día; ¿qué será de ella ahora?; cuando sea grande seré famoso; quien pudiera regresar a esa niñez feliz y sin preocupaciones; si sólo tuviera unos años menos; si sólo tuviera unos años más. Éstas son sólo algunas de las frases que se escuchan muy frecuentemente y que forman parte de otras muchas más que por diferentes canales y medios se machacan con denuedo en todos los ámbitos de la vida social humana, es apabullante, un estado psicótico bastante generalizado que esta especie posee respecto a este concepto del tiempo.

   La gente está más pendiente de la hora que un perro de su hueso, si se te ocurre decir buenos días a eso de las 2:00pm alguien indefectiblemente se encargará de corregir la desviación de inmediato y escucharás el -serán buenas tardes ¿no?- con la cara de imbecilidad de punto para partido del interlocutor y esa actitud triunfal de corrector de almas, ¿pero qué diantres si el día no se acaba aún?, quizá se deba a que buenos días se oiga mejor que buenas mañanas y que para efectos de salutación común -en español- se haya dividido el día en: días, tardes y noches, así, en plural, al menos en algunos idiomas aunque en inglés, al amanecer, nunca se diga o no sea habitual decir buenos días, morning es mañana o matutino traducido al idioma en que escribo y en la cultura anglosajona se acostumbra el good morning, y para los otros periodos del día: good afternoom, good evening y good night, todo en singular y aparte dos variantes para la noche, una de entrada y otra de salida. Ya veríamos a los correctores hispanoamericanos siempre listos alrededor levantando la ceja al escuchar ¡buenas mañanas!, este tío no es de por aquí, y para toda cosa que se oye diferente, seguro es de la capital, o al revés depende de donde provenga el sujeto.

   El correr del tiempo está tan arraigado en la ilusión humana que jamás se duda de él, las corrientes actuales fijan la atención en que es importante vivir en el presente, en el momento más inmediato en el que alguien se encuentra, que visto desde el punto de vista psicológico es una acción positiva y de salud mental, que brinda la posibilidad de ser consciente de los actos que cada quien vive y percibe. Esto es útil para centrar la atención humana y definitivamente, aprender a vivir, quien viva sólo de recuerdos -pasado- o por el contrario, quien viva en lo que estará por venir -futuro-, se aleja de la responsabilidad de enfocar su consciencia y de obtener lo que la vida le ofrece gratuitamente en los momentos en los que respira y se mueve, en esos lapsos en los  que se construye -en la manera lineal de concepción del tiempo- lo que fue y lo que será.

   Dejando a un lado la manera psicológica de observar el tiempo, que no es sino una forma relativa de verlo, pasamos a la observación pura de cómo el tiempo transcurre, encontramos posiciones científicas contrarias, desde la que dice que el tiempo no existe y que vivimos en un universo estático pero en el que sin embargo sí existen los cambios que crean esa ilusión y por otro lado, la que nos dice que el tiempo existe verdadera y definitivamente ya que podemos medirlo a gran escala en eones -miles de millones de años terrestres- y en escalas tan pequeñísimas como un femtosegundo equivalente a la mil millonésima parte de un segundo (1x10-15s) que ya se ha podido medir en los laboratorios de los humanos.

   Pero ¿qué entienden los humanos por tiempo? además de indicarles si el día será soleado, lluvioso, caluroso, templado o frío, entendiéndose éstas como las condiciones del medio ambiente, “el tiempo es una magnitud física”, como dice la wikipedia, “con la que se mide la duración o separación de acontecimientos, sujetos  a cambio, de los sistemas observables, esto es, el periodo que transcurre entre el estado del sistema cuando éste presentaba un estado X y el instante en el que X registra una variación perceptible para un observador o aparato de medida”, lo que quiere decir que el cambio es fundamental para percibir que “el tiempo pasa y no te he podido olvidar”, cuando el cambio es deficientemente percibido por el observador, se dice que el tiempo no ha pasado, es que el tiempo no pasa en ti, estás igualita, como se suele adular -sea cierto o no-, o que ha pasado muy rápido caray pero ¿cómo que te vas si recién llegaste? cuando se desea que ni siquiera haya venido.

   La vida es cambio constante, todo se mueve y vibra lo queramos o no, inclusive lo aparentemente inerte, el cambio está estrechamente relacionado con la velocidad en que lo hace quien lo hace, por ello, Einstein (ese humano inteligenzuelo) dedujo que el tiempo es relativo respecto en donde se encuentre el observador, en qué sistema se halle en el momento de que éste haga la medición. Si alguien se encuentra en “el tiempo de la Tierra”, el tiempo transcurrirá más rápidamente que aquel que viaje, alejándose, en una potente súper nave cercana a la velocidad de la luz. Para el que viaja muy cerca a esa constante de velocidad (la de la luz) el tiempo se ralentiza, se vuelve más lento respecto al que permanece en la Tierra, por este concepto relativo y como un ejemplo real de este fenómeno, los satélites GPS llevan un reloj que adelanta su tiempo interno (quizá en nanosegundos, pero lo hace) para adecuarse y empatar el transcurrir del tiempo de la Tierra, igualando el segundo de arriba con el segundo de abajo. El tiempo físico por tanto, se empieza a parecer al tiempo psicológico.

   La medición del tiempo, como se sabe, es un sistema arbitrario de medición hecho convención, como lo es el sistema métrico decimal para la longitud o el de grados celsius o fahrenheit para la temperatura. Con su base sesenta ha sido el más adecuado para la medición del tiempo desde antaño, cosa en que toda la especie ha convenido, sería bueno que hubiese más convenciones mundiales como esta. A pesar de ello y como observamos, un segundo en un sistema de referencia no mide lo mismo que un segundo en otro sistema, difieren. Como los humanos viven en un sistema cerrado, el segundo es un segundo en cualquier parte y para cualquier persona que ahí se encuentre, aún y cuando sea percibido de diferente manera. Una hora en la Patagonia es lo mismo que una hora en Siberia, miden igual aunque se perciban diferente. ¿Qué pasa con el presente? ¿existe como tal? ¿dónde inicia? ¿cuánto dura? Si observamos bien, su dimensión es bastante arbitraria, puede ser que se hable del presente como los tiempos actuales: el hombre de hoy (presente) vive con adelantos tecnológicos como jamás antes, este “presente” maneja la acepción de cierto periodo ¿los últimos 100 años? ¿los últimos 50?, es un “presente” elongado, incierto e involucra varios “presentes” más pequeños; me duele la cabeza en este momento, este es un “presente” más “presente”, pero no lo es tampoco ya que al terminar la frase quedó en el pasado, en centésimas de segundo y aunque me sigue doliendo la cabeza segundos después tendría que repetir la frase para “volverla presente” de nuevo y así hacia el infinito, ¿dónde está el presente? ¿es la era geológica en la que vivimos? ¿es el dolor de muelas de este instante? ¿es el prejuicio de obtener poder hoy y que más tarde iré a por más?. Ya vemos que el presente es esquivo, nada sencillo de capturar.

   El presente no se puede asir, de acuerdo a la física puede ser tan efímero como un yoctosegundo -equivalente a la cuatrillonésima parte de un segundo 1x10-24s-, entre más se avance en su medición queda anulado por el siguiente instante que ya lo hizo pasado y que podría ser tan infinitamente pequeño como ceros a la derecha quepan en un espacio. Por lo tanto es posible que el presente que un humano perciba sea sólo el pasado y nunca se alcance el presente, mucho menos el futuro real, cuando éste último llegue y la persona se percate de él, ya no será futuro puesto que ya pasó -lógico- y lo único que puede ser es pasado, exactamente igual que  lo que le sucede al burro amarrándole la zanahoria desde su cabeza o el perro que persigue su propia cola, en ambos casos nunca alcanzan su objetivo. Las nueve mil ciento noventa y dos millones seiscientos treinta y un mil setecientos setenta vibraciones del isótopo 133 del átomo de Cesio para hacer el “tic” (un segundo) y otras tantas iguales para hacer el “tac” (otro segundo) en los relojes atómicos, no son suficientes, no es cosa de precisión.

   El tiempo, demostrado científicamente, no es absoluto. Una manera de entender que realmente vivimos siempre en el pasado es la siguiente: cuando se observa la salida del Sol jamás podrá ser vista en tiempo real, esto es, en el momento presente ¿por qué? porque esa luz que genera el Sol tarda alrededor de 8 minutos en alcanzar la Tierra, para cuando una persona la ve ya pasó un lapso, en otras palabras, observamos la luz del Sol en su pasado -siempre- y no nos conviene acercarnos, tampoco alejarnos. Lo mismo sucede con todos los cuerpos de luz del universo -que la emitan o que la reflejen- que es posible observar, la estrella más cercana a la Tierra -después del Sol- se conoce como la estrella binaria Alfa Centauri que está a unos 4.3 años luz, lo que quiere decir que vemos lo que esta estrella era hace un poco más de 4 años, podemos ver su pasado pero nunca nos acercaremos a su presente, son tan inmensas las distancias estelares que aún siendo la constante de velocidad de la luz tan fantástica nunca, nunca podremos acercarla al presente, a menos que los humanos lleguen algún día a tal evolución y no se achicharren en el intento, quizá en una muy diferente vía.

   ¿Se observa el juego de la mente con el llamado presente? La mente humana siempre es lineal, el tiempo bajo esta concepción es también lineal, no podría ser de otra manera si viene de la mente. Un humano bastante adelantado y que se conoció como Krishnamurti decía -anotado en los libros que circulan de él- que la mente de los humanos no es otra cosa que memoria, programas del pasado que se van insertando en los depósitos biológicos del cerebro y que se van recirculando en el mismo lugar, dado que estos contenidos se van acumulando -la forma en como la memoria se llena- esto sólo puede hacerse a través del tiempo lineal por lo que esta memoria es en esencia, tiempo. Tiempo y memoria son lo mismo, uno no existe sin la otra. Es por eso que en el juego de la vida lo que un humano percibe es esa linealidad, la sucesión de los cambios que va observando y que llama tiempo. Por ello, todos los que abogan y hacen suyo el “vive el presente” no saben qué es lo que están diciendo y simplemente dicen lo que escuchan decir a los demás, al fin, fieles humanoides repetidores. En el fondo ni siquiera saben qué es vivir en el presente, lo ignoran pero lo recomiendan, costumbre local de esta especie.

   El presente no es capturar el momento, ya vimos que físicamente no es posible, más bien vivir y sentir ese huidizo estado se refiere a anular la mente, es la única manera de saltar la barrera de la magnitud del tiempo, invención mental del ego. La No Mente es el estado singular para estar en ese lugar en donde el tiempo no existe y donde realmente se puede vivir el aquí y ahora sin mediciones hacia atrás o hacia adelante, ni abajo o arriba, el verdadero presente, como indica su nombre, es el estar y ser ahí mismo.  La única manera conocida de llegar a esta separación de la ego-mente de la no-mente, es la que conozco y que los humanos llaman generalmente meditación, no es sentarse en la posición del loto e intentar no pensar en nada, cosa imposible para una mente del género humano, la meditación sucede cuando la atención es completa y el silencio es total, muchos humanos -aunque no todos- han tenido alguna vez esta experiencia fortuita aunque no lo sepan, son fragmentos de su vida que ni siquiera pueden explicar, hay otros, poquísimos, que conscientemente ingresan a ese estado y lo saben, reconocibles por su grandeza interna que los prejuicios humanos confunden para los demás pero no para todos.

   Krishnamurti lo dice muy claramente: “Siempre estamos mirando o sintiendo con una parte de los sentidos. Uno escucha alguna música, pero jamás la escucha realmente. Jamás estamos atentos a nada con la totalidad de nuestros sentidos. Cuando uno mira una montaña, debido a su majestuosidad, los sentidos de uno operan totalmente y, por ello, uno se olvida de sí mismo. Cuando uno mira el movimiento del mar, o el cielo con la luna naciente, cuando uno está íntegramente atento con la totalidad de sus sentidos, esa es la atención completa en que no hay un centro. Lo cual implica que la atención es el silencio total del cerebro, en el que ya no hay parloteo sino una completa quietud, un silencio absoluto de la mente y el cerebro. El silencio de la meditación es la operación de la totalidad del cerebro con todos los sentidos activos. Es la libertad lo que da origen al silencio total de la mente. Es solo una mente semejante, una mente-cerebro de esta naturaleza, la que está completamente silenciosa y quieta, no con la quietud generada por el esfuerzo, por la determinación, por el deseo, por el motivo. Esta quietud es la libertad propia del orden, del orden que es virtud, que es probidad en la conducta. Únicamente en ese silencio existe aquello que es innominable e intemporal. Eso es la meditación” y es ahí en donde el advenedizo presente existe, el único lugar en donde el tiempo se detiene. 



sábado, 5 de julio de 2014

Prejuicios 1_Un buen partido/Capítulo 7/Crónicas terrícolas por Kadok

“El matrimonio es la principal causa de divorcio”.
Groucho Marx

Todo fue conseguir su segundo y nuevo empleo, después de egresar de la universidad, lo que hizo cambiar radicalmente la perspectiva que tenía la mamá de su novia respecto a él. Y es que pasar de ser un empleado con un ingreso mínimo, que tomaba el autobús para ir a su trabajo -por no tener auto propio- para luego llegar a casa de la prometida en el nuevo automóvil -directo de la agencia y del año- asignado por la nueva y renombrada compañía en la que ingresó, era una diferencia de buen augurio -aparte del substancial incremento de sueldo-; el chico tenía futuro, además de su simpatía natural y contar con una sesera medianamente inteligente, el nuevo objeto con el nuevo empleo, parecía hacerlo más atractivo, como yerno, diríamos. Y sí que lo hizo, las nuevas formas en que era tratado eran evidentes, ahora había cierta deferencia y atenciones más acusadas que espontáneamente aparecieron, así, como de la nada, bueno, no enteramente de la nada, estaba el nuevo auto y la imagen que éste daba. El muchacho seguía siendo el mismo, el cambio era aparente y definitivamente material, sin embargo, ese tipo de cambios son quizá los que la gente ve con mayor facilidad, error, luego no digan que alguien los engaña.

   Es comprensible, las mamás (o papás) quieren lo mejor para sus hijas, un buen partido, pero ¿qué es un buen partido? Depende mucho de lo que cada quien piense, de las cargas que las mamás traigan en sus historias, de esas ideas enquistadas en su fuero interno, en suma, de cómo perciben el tema de acuerdo a cómo las educaron y por supuesto, de cómo les ha ido en la feria a cada quien.  Porque hay qué ver, a los miembros de la especie humana en general -contando a las mamás, claro- se les olvida lo que pensaban y hacían en edades tempranas y luego en su juventud y posterior madurez, ahora que son “adultos” hay algo que les impide recordar -como un oportuno borrado de bits en ciertos sectores de sus pistas mentales- que tuvieron los mismos sentimientos, las mismas dudas, temores, desafíos, rebeldías y preguntas que ahora sus hijos o hijas o sobrinas o lo que esté cercano y en esas edades, a su vez, viven. ¿Qué hace que los humanos olviden y por añadidura, separen su vida en diferentes cajones? ¡Mira cómo te vistes, pareces un adolescente, supéralo! -como si fuera un crimen o una cosa nefasta- ¡Eres un viejo raboverde! ¡ya no estás en edad de andar buscando amoríos! ¿y si el tipo -o tipa- no daña a un tercero? ¡qué!;  los que lo dicen y señalan arden en deseos de andar en esas, pero no, ellos son “maduros”, lo cierto que también bastante hipócritas. ¿Cuándo madurarás? Eso de la madurez es aplicado en estos casos como un enorme prejuicio, porque ¿quién es capaz de definir claramente que significa ser maduro? ¿es lo que dicen los psicólogos, lo que dice mi padre, lo que dice mi madre, lo que dice mi maestro o alguien más? ¿Existe la madurez absoluta? Por si no lo han notado, en la naturaleza los frutos maduran, se marchitan y luego se pudren ¿será la podredumbre el final perseguido? No creo que a nadie le guste que le llamen podrido: ¡mira a ese, es lo máximo! es un tipo bien maduro, madurísimo, tan maduro que está podrido, genial. Son esas mismas separaciones, bastante subjetivas y generalizadas, las que obstaculizan la comprensión de los “adultos” hacia las generaciones que empujan por detrás y entonces se crean profundas divisiones, luego el porqué los problemas en no saber “llegarles” a esos inmaduros, digo, a los que cronológicamente tienen menos experiencia.

   Señoras y señores humanos, no se confundan, permitan a sus hijas (o hijos) que creen sus propias experiencias, si no es así ¿de qué otra forma van a aprender? Acuérdense de ustedes mismos en esas situaciones, lo que hicieron por su educación ya quedó asentado en esas imberbes molleras, lo que siga no cambiará mucho su conducta, quizá puedan controlar o inclusive coartar su libre expresión, pero entonces, tarde o temprano se manifestarán las rencillas que quedaron ocultas (o a vistas ciertas) y la cosa se pondrá color caramelo y aún más obscura. En mis andanzas terráqueas he observado de todo, no hay nada que aminore más lo que un humano ve que el vestido y el maquillaje, y estos pueden tomar una cantidad de formas muy variadas, iniciando con una cuenta abultada en el banco, por ejemplo. No importa cómo fue que el galán se hizo de riquezas, el caso es que es rico y eso es lo que importa, puede ser un perfecto gañan pero viene de una familia “respetable” -y de mucho dinero-, no interesa que esa familia tenga un pasado infame, que haya mentido, robado, engañado y hecho lo que haya sido por obtener, como cualquier político lo hace, esa interesante fortuna, ¿y qué si traicionó, violó, mancilló, dañó,  mató o mandó matar -que para el caso es lo mismo- a contrincantes por la misma zanahoria, qué tiene de malo? Tiene dinero, es rico y pudiente, mi hija será feliz ¿que si de vez en cuando tienen problemillas? a todas las parejas les pasa ¿no?, total hay dinero para los mejores hospitales, diligentes y discretos, todo en el mismo lugar, las cirugías plásticas para resaltar atributos o para componer rostros golpeados, todo queda en casa, los asuntos arreglados, no problema. Eso sí, mi hija es importante y tiene lo que desea, una familia hermosa, una casa impresionante, vacaciones en la parte del mundo que elija, ropa magnífica de los mejores diseñadores, pertenece a las más alta sociedad, es feliz, enteramente feliz y dichosa. ¿Seguro? cualquiera diría (bueno, no cualquiera, alguien que se le mueva el hamster en el cerebro) que quienes piensen así han sido extraídos de un psiquiátrico sin haber tenido ningún avance, una buena parte de las sociedades humanas (¿un 98%? ¿me estaré quedando corto?) están claramente desquiciadas, lo malo, que no están conscientes de esa locura y creación mental desastrosa y fatal.

   Nadie se imagina a su abuelita “haciendo el amor” -copulando o teniendo sexo- ¿Cómo, mi abue en esas cosas? no, ella es decente ¡¿qué te pasa?! Lo cierto es que alguna vez tuvo que hacerlo, es por eso que los humanos están en este mundo, no hay otra manera -natural y biológicamente- y ahora, bueno pues, es que esta muy “madura” y eso ya no es para ella, sería inmaduro. El abuelo, la abuela, la mamá, el papá y todos los del género humano, llegaron así y el sexo no sólo es para engendrar ¿alguien se ha dado cuenta?. Pero a pesar de Freud y de muchos otros con diferentes enfoques que se han adentrado en estas cuestiones y nos han dado cierta luz, persiste en el fondo cierta tendencia en ver la relación sexual de manera, digamos, sucia o pecaminosa, más si eres viejo. Si no, ¿por qué se insiste en que las vírgenes -en ciertas religiones- deban de ser, precisamente eso, inmaculadas? ¿es el sexo sucio inclusive para el fin reproductivo? ¿Cómo es posible que la imagen de una virgen sea: virgen siempre virgen -entendiéndose como nunca penetrada (vaginalmente) por miembro viril ninguno u otro artefacto, manteniendo su himen incólume-? ¿Cómo la inoculó Dios? y lo que queda sin descifrar, ¿cómo nació el hijo de Dios manteniendo el canal de parto de su madre intacto y por lo tanto, el himen virginal igual? ¿por cesárea? Si el hijo de Dios se hizo hombre, como cuentan, ¿qué de malo hay que hubiese sido concebido y nacido naturalmente como cualquier ser humano? Este cuento, con los cánones y dogmas involucrados, ha dañado y enturbiado aún más la naturaleza sexual del género al completo, esa es la verdadera malicia, la que trata de parecer como malo lo que es simplemente natural, pero este asunto del himen inmaculado es sólo uno de los cientos de prejuicios o creencias, quizá de los más arraigados, con los que esta especie cuenta, sin meternos en el llamado pecado original, la culpa eterna de la desobediencia humana infringida por ellos mismos, el masoquismo existe como régimen existencial autoimpuesto, en eso no hay duda, lo increíble y por demás dañino es que se lo crean.

   Todos los humanos son iguales, no, no es cierto, todos los humanos son diferentes pero semejantes, suena mejor y es más certero. No entiendo porqué si todos los hombres son diferentes quieran parecer iguales. Es comprensible que haya arquetipos, en mi especie existe esto, pero de ahí a que pretendamos seguir vehementemente a alguno, como hacen los de la especie humana, nada que ver. Es lógico, esta especie aún está en su infancia, locos por el poder y el dinero, perdidos en sus creaciones mentales enfermas, aún les falta un largo trecho, por mi parte, seguiré observando que también me he encontrado con sorpresas muy alentadoras y algunas veces, increíbles.





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