viernes, 4 de octubre de 2024

 La faena de ir al pueblo


Ir es una cosa, regresar, otra. Nunca, nunca, pero nunca antes había sido tan difícil ir al pueblo de Ciénega de Flores (y luego regresar), tan es así que si no tienes a qué ir, no vayas, igual, si no tienes a qué salir del pueblo, no salgas, pero sabemos que eso es utópico, si no salgo a lo mejor no tendré para comer, si no salgo, ¿cómo pagaré las facturas?, me correrán del trabajo, muchas veces no hay opción.
Y eso es lo que pasa ahora mismo, un caos de proporciones muy, muy duras para la gente en general que vive en aquellos lugares o que tiene que ir ahí o simplemente, que tiene que cruzar el pueblo de sur a norte o de norte a sur, depende, para seguir su camino. Uno pensaría que el pueblo y en general el municipio, es uno de esos lugares olvidados por aquellos que podrían remediar en parte la situación, digamos, los gobernantes, ¿dónde están?
 

Cuando en su campaña la ahora nueva Señora presidente de la nación llegó al pueblo, prometió gestionar una carretera de circunvalación (periférico) para agilizar la vialidad, ¿tardará mucho esta obra?, ¿habrá pueblo aún cuando esto suceda?, y  mientras, los planificadores del gobierno local y estatal, ¿tendrán propuestas para aliviar la situación? No los oímos, ¿respiran?   


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