lunes, 7 de diciembre de 2015

CUADROS Abolengo

Abolengo.

by fonbòs

En un lugar manchado del que no me acuerdo o no quiero hacerlo, vivía un burgués gentil hombre, de esos, vestidos a la moda con traje de dos piezas y zapatos de punta a término rectangular, semejantes a mocasines de sultán sin llegar a ser botas tribaleras en su longitud, aunque las recordaba. Todo en él relumbraba, su andar de movimientos ensayados, despedía un aroma zalamero y festivo, un tanto arrogante, algo así como un político en campaña o frente a las cámaras o ante un auditorio. El tipo, en su papel de semidios, se paseaba ufano llevando del brazo a una dama de características semejantes en su vestir y uso de aditamentos, aunque dados los recursos propios de la mujer en la transformación, y sus diversas curvas, claro, elevaba la imagen a dimensiones celestiales, o al menos, eso creían todos aquellos que los veían al paso. El tipo no venía de abolengo, no, ni cómo llegar a pensar en eso, se había hecho a sí mismo en la refriega de la vida, de manera que la importancia la obtuvo en una especie de transacciones exitosas de no buen ver, acercándose a la ubre adecuada y arrebatando donde había y lo que había (pensándolo bien, así nace el abolengo). Aprendió la máxima: “si no lo hago yo, otro lo hará en mi lugar”, así que con un poco de astucia y desechado cualquier tipo de escrúpulo que le estorbara, la fue haciendo a ritmo constante. Ahora es respetable, cosa que trata de hacer creer y los otros tratan de parecer como que se lo creen, tal es el embrujo de la riqueza sin importar de dónde viene, el éxito de tener inflama y endulza engatusando a sus seguidores, o sea, a todos.

CUADROS Confesiones de fe


Confesiones de fe.

Politeísmo contemporáneo.

by fonbòs

Los hombres crearon a los dioses a su imagen y semejanza, los había para todas las experiencias que no podían explicar. El egipcio quiso unificar a todos los dioses en uno, el primer intento, duró bastante poco, el dios único y la ciudad para adorarlo murieron con él, los registros de su vida fueron borrados casi totalmente y permaneció oculto mucho tiempo. Luego, el pueblo elegido, tomó la corriente de unicidad y por milenios intentó establecerla entre todo su pueblo, hubo siempre muchos descarriados que se desviaban y adoraban a dioses extraños, pero el dios único de este pueblo era celoso y no quería competencia, por fin, los hombres triunfaron y la unicidad se estableció. La disidencia llegó y algunos decían ser poseedores de la verdad, dios hablaba al oído y más claramente a unos que a otros, la competencia fue eliminada pero las ideas pervivieron. Los gentiles se acogieron a la unicidad y  Roma vio la suya. El árabe tardó un poco más, finalmente, el dios único le habló muy cerquita al profeta y el pueblo adoptó sus enseñanzas a fuerza de estado, como en la Roma y como entre el pueblo elegido; el politeísmo, débil para controlar pueblos, fue muriendo pero no del todo y ahora lo llaman  sincretismo (sigue siendo una suerte de politeísmo pero disfrazado). Dada la ignorancia natural del hombre, éste necesita a algunos cerebros pensantes que le digan qué pensar y en qué creer, nada nuevo.
Hoy sigue habiendo varios dioses, depende el pueblo y origen. Aunque se dice que es el mismo (el unificado); por él, unos y otros se han destruido, se han perseguido, se han matado. Entre ellos mismos hay diferencias irreconciliables, las doctrinas crean distancias insalvables, y por ello, el hombre se subdivide en múltiples verdades, y todos tienen la razón última. Así que dependiendo tu doctrina, eres fiel aquí pero eres infiel allá, y viceversa. Quien diga que el politeísmo ha muerto, de verdad, no conoce a sus semejantes ni a este mundo.   

CUADROS El Cielo

El Cielo

by fonbòs

Un hombre elevaba una plegaria al cielo, al hacerlo sus ojos se postraban en las lejanas nubecillas de su arriba, en este caso, de su cabeza; el sujeto se encontraba en un pequeño pueblo situado muy cerca al norte de Monterrey. En ese mismo momento, al sur del continente, en Ushuaia, Tierra del Fuego, otro hombre también rezaba dirigiendo su invocación hacia el cielo, su cielo. Si la Tierra fuese plana, como se creyó durante milenios, el cielo de uno y otro estaría en la misma dirección pero como ahora todos sabemos, la Tierra no es plana, tiene una forma ligeramente ovoide, redonda y achatada por los polos. El arriba de cada uno de estos hombres no es el mismo, el arriba de uno es el abajo de otro, y viceversa. Conscientes de ello, un buen día, el de Ushuaia viaja al poblado del norte de Monterrey y el del norte de Monterrey lo hace a Ushuaia. Ahora ambos, cuando rezan, no dirigen su mirada por encima de sus cabezas sino hacia abajo en donde saben esta su cielo real. Otro hombre que vive en la línea del ecuador, se enteró de estos dos hombres, su rezo y creencia lo obligó a mirar hacia arriba, hacia abajo, hacia la izquierda y hacia la derecha, se dio cuenta de que el cielo, como la Tierra, también es redondo, pensó, si el cielo está en todas direcciones ¿dónde está el infierno? si el infierno está abajo, por lo tanto, el infierno está también arriba, el cielo y el infierno entonces, se anulan, su naturaleza es la misma, sólo cambia su grado. Desde ese momento, el hombre del Ecuador, reza con los ojos cerrados y algunos más le imitan.

martes, 17 de noviembre de 2015

CUADROS La muerte de la cordura

by fonbòs

 

La muerte de la cordura.

Yo la vi y era ella.



    Sangrando en la acera, yacía en una posición casi fetal, soñando en otro mundo que creyó era el que debía ser, el que le contaron, aún y cuando lo que veía se corría al rojo, se alejaba de ese ideal que siempre le repetían.
Bueno ¿y ahora qué? ahora nada, ahora la verdad, simplemente la verdad transformada y conveniente, y el universo continuó su expansión mientras todos los demás se pintaban la cara de colores traslúcidos; no oraron, no sabían cómo, mas lo dijeron como dicen ojalá o “bonjour” o cualquier otra expresión para salir del paso y estar en el mundo o pretenderlo, el suyo estaba oculto o era inexistente así que necesitaban el del otro; en la inmensidad, no fue nada. La cordura finalmente entregó sus zapatillas de cristal y decidió irse, tomó el primer asteroide que pasó y se fue lejos, no iba sola, en su huída se encontró con la mente, que todo lo confunde, iba con su compañera intrínseca y con la cual no es nada, la memoria; ambas cantaban algo así como un himno, imbuidas en ese excelso y siempre mal intencionado nacionalismo, se veían alegres con la misión cumplida, siglos de instrucción seguían dando sus frutos, no importa si éstos, por dentro, nacen impuros, nauseabundos, podridos, la posibilidad de elección se había dado, pero de qué forma, ya que su exterior era brillante, exquisito, bello ¿cómo ser indiferente? Los niños siguieron engañados, poseídos por aquello que no querían y no quieren ver, para qué complicarse, mejor sigo lo que los otros, es más cómodo, más fácil y sobre todo, mejor visto. Después de ver pasar a la mente y a la memoria, por fin, la cordura murió.



Noviembre 17, 2015.

sábado, 24 de octubre de 2015

Cambio de aceite


     A veces, los estímulos del medio permanecen calmos, de pronto y por supuesto, sin esperarlo, las actividades que antes eran casi predecibles, no lo son más y se agolpan nuevas todas juntas, al mismo tiempo, lo tupido oscila entre lo inesperado y lo enajenante, entender los mensajes toma su tiempo.

By fonbòs

    Ayer, mi mecánico de cabecera terminaba de dar su debido y profesional mantenimiento a mi vehículo oficial, el héroe de mil y una batallas en las calles y carreteras , tomando en cuenta a los cientos de conductores de este país, que es decir mucho dadas las desgraciadas circunstancias físicas de esas calles y carreteras e igualmente de las mentes, a veces totalmente inoperantes aunque siempre frenéticas y neuróticas, de los que conducen un automotor (el contrato social abruma siempre, y como se nos enseña desde pequeños que somos los seres más inteligentes del planeta, nos la creemos y damos por hecho que nuestra herencia biológica e instintiva es completamente dominada por nuestro sagaz y gran cerebro; no sé si reírme o ya de plano, carcajearme).

    Tenía que cambiar un billete para saldar el pago total del servicio  a domicilio del mecánico de cabecera del Corolla, por lo que le pedí a éste mismo, en este caso a Josué, que condujera el automóvil y a su vez, tratara de observar un ruido que escucho con frecuencia al frenar lentamente el vehículo, cosa que no sucedió durante el camino, ley de Murphy, claro. Nos dirigimos a una tienda de conveniencia que está inmediatamente al salir de la colonia en donde vivo, le pedí que se estacionara frente a ella, en los cajones de la tienda, mientras yo bajaba y compraba algo con el billete y así, poder cambiarlo y pagarle su total.

    Eran alrededor de las 8:30pm cuando yo ya estaba en el mostrador de la tienda, frente a la caja registradora, cuando de pronto mi buen amigo Josué entra al local, se detiene en la puerta a unos escasos metros de donde yo estaba, veo su cara de “algo pasó y no es muy bueno” y sin más, me suelta: “¡te chocaron tu carro!”, todos los que ahí nos encontrábamos, que no éramos pocos, en un lapso infinitesimal, concentramos la atención en sus palabras, el tiempo se detuvo, así como en las películas, me quedé un momento cavilando en lo que escuchaba y finalmente respondí: “ahí voy” haciéndole una seña para confirmar lo dicho y de manera tácita, que mientras me apoyara en el evento. Y es que aunque había llegado a la caja aún no había realizado la transacción, tenía en la mano el billete para pagar y cambiarlo, es en ese preciso momento en que Josué entró a avisarme del siniestro. Volteo hacia la señorita de la caja, sereno pero con síntoma de apuración, y le solicito el producto, pago, me entrega el cambio y salgo de inmediato a ver qué había sucedido.

    La escena era por demás aparatosa y bastante extraña. Un automóvil, en perfecto ángulo de 90 grados respecto al mío, de culo    contra el costado derecho de mi auto, pegadito a todo lo largo. Dije: ¡¿pero qué pasó aquí?! “Me eché para atrás y simplemente no lo vi, fue mi culpa” respondió un hombre que ahí estaba, de estatura un poco más baja que la mía, barbado, pelo corto y un tanto revuelto en su cabeza con la incipiente alopecia próxima y unos ojos pequeños y vivaces tras unos lentes. Traía su gafete colgado al frente, por lo que deduje que venía de su trabajo, listo para llegar a casa y como nosotros, se había detenido en el súper 7. En un principio noté su acento diferente, me pareció argentino en ese momento pero ya cuando lo escuché mejor, supe que era español.

    Miguel, el hombre que se echó en reversa y no vio mi Corolla estacionado con Josué dentro esperándome, ya había hablado a su ajustador del seguro, en ese instante me di cuenta de que yo había salido de casa sin mi cartera y sin mi móvil, si nomás iba a la esquina.  Josué me dio las llaves de su auto, que había dejado en mi casa mientras íbamos a cambiar el billete, caminé las tres cuadras a mi casa, tomé la cartera, mi móvil y el carro de Josué, regresé a la escena del crimen. Ya había llegado Daniel, el ajustador de la aseguradora de Miguel. Pagué a Josué lo pendiente y le di las gracias por el apoyo, yo sabía que tenía que irse, él aún tenía un trabajo por hacer y ya eran las 9:00pm.

    Para este tiempo, ya habíamos tomado algunas fotos, ya había reportado el caso a mi compañía aseguradora y esperaba al ajustador, Miguel movió su auto a un costado del mío mientras Daniel (su ajustador) continuaba llenando formularios. Cuando vi completamente a descubierto el lado derecho de mi automóvil, realmente sólo observé unos raspones, no aparecían hundimientos ni nada quebrado, el espejo retrovisor, alcanzado por el golpe, estaba también intacto, revisé subir y bajar el vidrio de la ventana, sin problema y sin ruidos extraños. Josué, que estaba dentro del auto cuando el golpe, me dijo que lo sintió fuerte, comprendí el gesto que traía al entrar a la tienda, un automóvil viniéndose en reversa directamente hacia ti y tú con el motor apagado, no es para menos. Miguel se disculpó también con él; el ibérico, un tipo amable y honrado por su proceder responsable.

    Por fin llegó mi ajustador, el Sr. Leonel. Siguió el papeleo, los dos ajustadores intercambiaron datos y finalmente, Leonel me extendió la orden de valuación de daños llamada: “Atención de servicio a nuestro asegurado”, la recibí y santas pascuas, esperaré a la próxima semana para la evaluación y reparación pertinente del daño, de acuerdo a lo que me indicó Leonel, mi ajustador. Al parecer, la fascia trasera del coche de Miguel, de marca Nissan, resultó dañada. Observé que traía un golpe profundo en la esquina izquierda de la fascia y que luego deduje que no había sido ocasionada por este incidente sino por uno anterior. En este percance, el hundimiento no hubiese sido posible dada la forma y localización del mismo, quizá ¿otro auto no visto? ¿una pared? ¿un poste? No lo sé, lo que sí es que a Miguel le van a cambiar la fascia completa de su auto y aquí no ha pasado nada.

    Entre todo este trajinar, tuve oportunidad de platicar un poco, entre intervalos interrumpidos, con Miguel. Resulta que Miguel es de Madrid, nacido ahí, cosa que dio pié a comentarle que precisamente alguien muy cercano a mi estaba allá desde hace cuatro años y que recién había terminado su grado de historia en la complutense; pues sí, a veces la geografía se achica. Me preguntó en que área de Madrid vive esa persona, no pude recordarlo aunque sí recordé que antes vivió en Majadahonda, me comentó que esa es una de las zonas más bonitas de Madrid, a saber.

    Supe que Miguel lleva seis años en este país, en México, que somos casi vecinos, vive muy cerca, en la misma colonia que yo pero en la parte de la calle ancha y contigua del lado sur de la colonia, se casó con una chica de estos confines y tienen una nena de tres años, que por cierto, le tocaba bañar hoy y tenía apuración por llegar a casa y llevar a cabo su labor de padre dedicado y responsable. Me contó que que al llegar a Monterrey, en los primeros meses aquí, le tocó presenciar y estar muy cerca de un narcotiroteo en la ciudad, por lo que acerté a comprender que ha mantenido su estancia aquí, seguramente por su nueva familia y compromisos adquiridos, quizá había quemado sus barcos y hacerse de uno nuevo requiere su tiempo, con la sartén tan caliente en esta región del mundo, se comprenden totalmente las ganas de emigrar o mejor dicho en este caso, de inmigrar. A pesar de esa zozobra, no lo ha hecho hasta ahora, inquirí que mantiene cierta esperanza de regresar a su terruño, quizá cuando su país empiece a levantar económicamente, por lo pronto y al parecer, aquí está con la familia que ha formado y eso es lo que importa. Lo que más le ha costado de su incursión a México, ha sido acostumbrarse a la comida de este lugar, todo tiene picante, dice. Lo cierto es que extraña su comida madrileña. Me cuenta que en Madrid, en la calle de Atocha, se encuentran todos los ingredientes para preparar una real comida mexicana. Le platiqué que leo a Pérez-Reverte por Internet en sus escritos semanales y que he seguido la serie del capitán Alatriste, hasta su penúltimo tomo, me dio gusto que lo reconociera o al menos me dijo que lo leía en la escuela, quizá haya sido así.

    Bueno, pues tuvo que ocurrir lo que ocurrió (sin grandes consecuencias, aclaro) en el estacionamiento de un Súper 7 de la zona metropolitana de Monterrey, en México, para conocernos un poco, al menos, he sabido que un madrileño civilizado vive muy cerca de donde yo lo hago, mientras que esa persona cercana a mi que menciono arriba, vive en Madrid actualmente, en donde Miguel solía hacerlo, por eso digo, mundo pequeño.

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23 de octubre de 2015.

lunes, 5 de octubre de 2015

El Dr. Ming

¿Será que el Ming sea algo así como el Pérez, González, López, Hernández, de por aquí? o ¿es posible que una roncha me hiciera conocer este nombre en directo?


Curiosidades sincrónicas o no.

By fonbòs.


    Acudí al médico para atenderme una protuberancia rojiza que había notado hacía unos días antes, en una parte de mi cuerpo, digamos, un tanto comprometida por aquello del caminar (arriba de la ingle). No es extraño que de vez en cuando nos pique un mosquito o un animalito del señor por aquí o por allá, esos seres diminutos que simplemente hacen lo suyo por sobrevivir o que un granito brote a un lado de la  nariz o detrás de la oreja o en algún lugar adecuado (para el granito, nunca para nosotros); nuestra epidermis protectora (y aislante) libra una lucha diaria y continua contra bacterias, hongos, microbios,  insectos, chanclazos, coscorrones, rasguños, cachetadas y muchas otras anomalías externas, que a unos más y a otros menos, nos vienen afectando en nuestro devenir. No sabía lo que era esa hinchazón que además encapsulaba algo de forma ovoidal por debajo de la piel, ni tampoco qué me la había provocado, pensé que probablemente era la picadura de un insecto y que se había infectado; ¡vamos sistema inmunológico, a ello!

    El médico determinó, en su observación, que no era nada de lo que me imaginaba. Finalmente era un folículo piloso que creció chueco y se internó en parte de la piel en lugar de salir victorioso al aire, y eso era la causa de la infección. Menudo pelo rebelde. En ocasiones esto es común en áreas en donde nos rasuramos o nos depilamos, los pelillos se entierran y causan infecciones; confieso que no se me da lo metrosexual y no uso bikini, jamás me he rasurado por esas áreas así que definitivamente, fue un vello travieso, sin duda (¡dije: sin duda!).

    Salí de ahí con mi receta y un poco más de conocimiento. Durante la consulta intercambié algunas palabras con el médico, no fue un gran intercambio ya que el Dr. mantuvo su tono adusto todo el tiempo, digamos, un tono  típicamente profesional médico-paciente, involucrado con el caso pero no así con la persona. Dentro de todo, me cayó bien, es muy probable que lo haya inhibido un poco con toda la batería de cuestionamientos con la que me desenvolví, quitándole  quizá, algo de solemnidad a este tipo de encuentros con la medicina, que son serios caramba, pero qué quieren, es así y así es.

    Un minuto Antes de salir del consultorio, leí la receta impresa y me di cuenta de que el médico se apellidaba Ming, a lo que le pregunté directamente ¿usted tiene ascendencia china?, mirándome a los ojos, observé, en los de él, cierto orgullo que intentó disimular, me respondió con un sí, lacónico y punto final imaginario pero perceptible. Fin de la consulta. Insisto, me cayó bien, algo observé en él que me hizo sentir cómodo, nunca lo sentí cortante, ni molesto ni nada negativo, simplemente cumplía con su trabajo, bien y a su manera. De esas personas que se comunican por otros medios que el simple lenguaje, ya ven que la mayor parte de la comunicación no es oral como muchos creen.

    Me hubiera gustado platicarle al Dr. Ming mi experiencia con la medicina  alópata en el país de sus ancestros (por el lado del Ming, claro), cuando estando en Guangzhou (Cantón) hace un tiempo, tuve que acudir al auxilio médico, creo que hubiese sido interesante, quizá un buen motivo de conversación; le preguntaría de qué parte de ese país es originario el Ming que llegó a México, de qué forma llegó ¿vendría huyendo de la revolución cultural de Mao? ¿de la guerra con Japón? ¿llegaría con la Nao de Manila por Acapulco?  ¿conservarían algunas costumbres en la familia como el calendario chino? ¿sabrá hablar algo de mandarín o de cantonés -o alguna de las 292 lenguas vivas actuales de China- o perdió su familia el idioma para ganar otro aquí? ¿Sabrá que lleva en el apellido el nombre de una de las más grandes dinastías de China? En este caso, la dinastía Ming, del pueblo de los Han y que sustituyó a la mongol de los Yuan. Me quedaré con estas dudas por lo pronto, quizá haya ocasión más adelante, si es que se disipa la nube de Lacedemonia o se dé el lugar adecuado y la circunstancia propicia.

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Escobedo, N.L.
01 de Octubre de 2015.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Anti-cómic by Kadok/Cuento corto para mexicanos (1)

Cuento corto para mexicanos (1)

Se incluye el verbo, adjetivo, sustantivo y adverbio nacional por excelencia.

Falsos puritanos, patrioteros, monárquicos, fascistas y menores (de edad): dense la vuelta.


    Cientos de años atrás, hubo una vez un país bien chingón, (altas montañas, lagos inmensos, ríos caudalosos, vastos desiertos, selvas tropicales, bosques, minerales, de todo, hasta petróleo) los nativos se chingaban entre ellos y practicaban muchas chingaderas para lograrlo (costumbre que se sigue hasta ahora en todos los estratos sociales: chinga a tu prójimo si le va bien); construían pirámides bien chingonas y tenían rituales y dioses para cada chingadera de la vida, según su concepción del mundo, que por cierto, era muy similar entre todos ellos, Quetzalcoátl por aquí y Kukulkán por allá.
    Un día, uno de esos pueblos, se chingó a casi todos los demás (nunca pudieron con los purépechas y sus secretos del cobre), y por medio de la guerra y alianzas con sus vecinos del valle, construyó un imperio que recorría toda la tierra conocida entre uno y otro mar. El Ueytlajtoani (emperador) chingón, o sea, el mero mero, y todo su pueblo (los mexicas y sus socios del valle del Anáhuac), cobraban impuestos a todos los pueblos que se chingaban, año con año. Esto acrecentó el odio entre las gentes conquistadas y a regañadientes, pagaban las tarifas. Algunos tenían ciertas libertades, como expresar  sus costumbres y su propia manera de gobernarse, pero sólo saberse vasallos del Tlajtoani (monarca) chingón mexica les corroía el alma, y sólo esperaban el momento de mandarlo a la chingada, aunque no sabían cuándo ni cómo.
    ¡Ah chingá! ¿y eso, que chingaos será? Unas chingaderas enormes como cáscaras de cacauatl (cacao) que flotaban en el mar, con unos palos altotes y unas telas desplegadas, y encima, unos que parecen hombres pero con chingo de pelo, hasta en la cara.
Dijeron:
-Ya nos cayó el chahuixtle -un tipo de hongo que ataca a las plantas- (o lo que viene siendo lo mismo: ya nos llevó la chingada), los naturales de estas tierras no tenían ni idea la que les esperaba.
    Los primeros encuentros con esos hombres peludos, fueron tranquilos, así como de buenos cuates, amiguis de toda la vida, ahí te van unos jades, ahí vienen unos espejitos. Había unos que tenían cuatro patas y eran descomunales, monstruos, luego supimos que no, y les decían caballos, los hombres peludos se subían en ellos, por cierto, estos hombres extraños, olían bastante mal, algo así como a cadáver de varios días, nos teníamos que tapar la boca y la nariz si querías mantenerte erguido.
    Tuvimos algunas pequeñas trifulcas con ellos, finalmente y gracias a que nos chingaron y se llevaron al Mictlán a varios de nosotros, con ese endemoniado olor a azufre de sus armas que mataban a distancia, sus corazas que nuestra obsidiana y piedra afilada  apenas arañaban, sus palos largos de un metal duro que cogían con una mano, cercenaban cabezas, brazos, piernas, con una facilidad trozaban cráneos y todo hueso, sus monstruos de cuatro patas ya estaban allí y luego estaban allá, eran terribles nahuales; nunca habíamos visto algo así, no buscaban rendir al enemigo sino matarlo ahí mismo; así que mejor, viendo esta furia desconocida y letal, buscamos ser amiguis de nuevo y llevarla por la suave.
    Estos amigos extranjeros eran muy raros, traían una cruz con un tipo clavado en ella quesque de un redentor que era su dios, lo malo es que no respetaban nuestras creencias, nos tildaban de salvajes, ellos, que lo eran a simple vista. Les gustaba mucho, pero mucho, la plata y el oro, sus ojillos vidriosos parecían salírseles de sus órbitas cuando veían objetos que les parecía, estaban hechos de eso.
    Nos preguntábamos que tan bien sabrían estos tipos en un buen zacahuil a la manera teének, aunque con la suciedad y olor nauseabundo de sus cuerpos vivos, nos abstendríamos de probarlos muertos y troceados, así y fueran cocidos y recocidos, daban asco.
     Estos hombres barbados con aliento de perro del  Mictlán, decían tener un tlajtoani o algo así a quien obedecían, un tal Carlos uno, aunque estaba la madre de éste, una tal Juana a quien llamaban “la loca”, total que se traían un buen relajo porque el tal Carlos uno también era Carlos cinco (nunca supimos por qué se brincaban al dos, tres y cuatro), ambos vivían cruzando la ancha lengua de agua que llamaban mar Atlántico, nombrada así por otros tipos que se los cargó la chingada hacía mucho tiempo al hundirse la tierra en donde vivían.
    Total que eran leales a una corona, según decían, la de Caxtilan, la realidad es que eran más leales al oro y a la plata, como pudimos observar.
    Dudábamos que estos hombres realmente hubieran sido paridos por hembra, los indicios de que tuvieran madre eran inciertos, mira que chingarse a un calpixqui del gran Ueytlajtoani mexica esto era tener los ahuacatin bien puestos, por decirlo en náhuatl, ellos lo entendían como cojones.
    En vista de que estos tipos de Jispania o Caxtilan, de madre ausente,  eran bastante sanguinarios (y mira que nosotros nos mordíamos la lengua), llegamos a tenerles cierto respeto. Como estábamos cansados de las humillaciones de los mexicas, decidimos aliarnos con estos extranjeros, era la nuestra; nos dimos cuenta, mucho más tarde, que esta errónea decisión nos llevó de un amo a otro, pero a peor todavía: nuestra cultura, nuestros ancestros, el orden natural de nuestra vida, nuestra concepción del mundo fueron destrozados, o sea, nos chingaron recontrabien.
    Finalmente, con bajadas y subidas, y con mucho, a la habilidad político-embustera de los caxtiltekaj (españoles) aprovechándose del odio ancestral hacia los mexicas de todos los pueblos sojuzgados por ellos (incluyendo a los más destacados, los tlaxcaltecas), le dieron una recia a los mexicas, se chingó el imperio de Huitzilopochtli, el más grande de Mesoamérica en ese tiempo, así, por las malas y a rajatabla, e inició el que ahora conocemos, muy pocos dominando sobre millones, nada nuevo al fin
    Y es que el centralismo para gobernar nos vino de ambos lados, el que ya teníamos aquí y el que se trajo la barbarie peninsular, en eso no cambiamos mucho, la ilustración fue desdeñada y nos cargó, de nuevo, la meritita chingada, esa, la tan bien descrita por Paz, y que conocemos desde  la entraña por este lado.
    Una vez que los españoles se asentaron, a la vez, inició la rebatiña, los galeones eran los portadores de la riqueza hacia la península que de aquí extraían, con el quinto real afirmaron a su tlajtoani en su tierra y se financiaron las guerras para derrotar a todos los infieles del mundo (nunca pudieron con todos, se traían un aquelarre con los protestantes europeos, con los judíos, con los musulmanes); mientras ellos, los conquistadores acá en este mundo, se hicieron de la encomienda y de todas las almas que hubiera en medio.
    En este lado las cosas cambiaron bastante y la colonia se instituyó en un virreinato. Los hispanos se apropiaron de todo, hasta de las consciencias. Los años pasaron y muchos de los nuestros murieron. Los españoles y sus críos, se multiplicaban asiduamente, sin freno, con las nativas,  principalmente, no siempre en términos amistosos o cordiales (he ahí la chingada, la ultrajada), pronto hubo cientos de infantes con un dilema fundamental, no eran españoles, tampoco eran indígenas (de los pocos que quedaban), ¿qué eran entonces? eso, mestizos, que para efectos prácticos eran la nada, los hijos de la chingada, como se les conoció en las crónicas del siglo XVI.
    Este bonito pueblo, que como siempre, se lo nombró, desde Tijuana a Chetumal, de forma infaliblemente central, primero Nueva España y luego Imperio mejicano, posteriormente Estados Unidos Mexicanos, partido por la mitad en el siglo XIX, básicamente por intentar seguir gobernándose con la vetusta idea centralista, con un poco de ayuda por la descomunal avalancha protestante y avariciosa de la propiedad privada norteamericana (gringa, pues), vive ahora en la ilusión de la independencia y celebra algo que se da por llamar “el grito de independencia”, el inicio de ella, que conste, porque su finalización, por alguna extraña razón, se deja de lado. ¿te suena la fecha del 27 de septiembre de 1821? a nadie en este país, es la fecha de la entrada a la ciudad de México del llamado ejército trigarante, es el acto de consumación de la Independencia, del triunfo de la misma, de la separación oficial, al menos por los todavía novohispanos. Los españoles peninsulares se tardaron varios años en reconocerla oficialmente, por ahí de 1836, a la muerte de su tlajtoani  borbón Fernando VII.
    En el grito actualmente se dice, tratando de emular al dicho el 16 de septiembre de 1810: Viva México, pero en ese año aún no existía un país con ese nombre (oficialmente nunca ha existido), es más, lo que se pretendía no era separarse de España sino apoyar a los criollos para que tuvieran mayor injerencia en los destinos de la Nueva España dominada aún por los españoles; un criollo, hijo de español y española, nacido fuera de la península ibérica, no se le consideraba español.
    Así que si quieres gritar lo que gritó Miguel Hidalgo, dirías algo así:
“¡Viva la religión católica! ¡Viva Fernando VII! ¡Viva la Patria y viva y reine por siempre en este Continente Americano nuestra sagrada patrona, la Santísima Virgen de Guadalupe!  ¡Muera el mal gobierno!”
    Pero tú no eres monárquico, quizá seas católico, por la tanto, guadalupano, quizá creas en eso de la patria, a lo mejor te sientes americano porque vives en América (antes conocida por Ixachitlan, nunca estuvo deshabitada y mucho menos encubierta como para que alguien viniera de afuera y la “descubriera”) como se le llama a este continente, pero no te confundas, mientras sigas creyendo todo lo que te dicen ¿dónde está tu verdadera independencia? ¿dónde está tu criterio propio?
    Lo que resultó, y sigue resultando, del choque original de dos culturas disímbolas, aún no termina, el mestizaje que se ha generado no ha sido real, más bien es el producto entre los enlaces de un humano y otro, y de la idea de razas. Es una concepción nacida de las diferencias visibles entre los humanos, de diferencias biológicas mínimas pero que hacemos grandes por nuestro sentido de pertenencia a algo, precisamente a cierta talla, color de pelo, de ojos, forma de la nariz y otras diferencias físicas menores. El concepto de humano puro, no existe, es sólo una idea, una idea sin fundamento científico.
    Todos en este mundo somos mestizos, y provenimos de un tronco común, unos nos hemos combinado más que otros, el mundo es mestizo, cultural y biológicamente ¿y qué con eso? en la variedad está la riqueza y las diferencias morfológicas o tipos humanos se enriquecerán, al final, seguiremos siendo eso, humanos imperfectos evolucionando.
    Me he desviado un poco, volviendo al tema, otro grito común en la revuelta que inició en 1810 era:
¡Viva la virgen de Guadalupe, mueran los gachupines!
¿Sabes quiénes eran los gachupines? (siguen siendo en la jerga popular actual), eran precisamente, los españoles, pero no los criollos, aunque fueran hijos de éstos, como dije antes, eran los españoles nacidos en España y que se dejaron venir a Ixachitlan.
    El movimiento independentista inicial, el de Hidalgo, nació en contra de los gachupines (españoles de la Nueva España), promovido por los criollos, no en contra de  la monarquía Española. En ese entonces, España tenía sus problemas, estaba invadida desde 1808 por los ejércitos franceses de Napoleón y en su gobierno, “el petit cabrón” (una de las cariñosas maneras de llamarlo por los mismos españoles), había puesto a su hermano, José Bonaparte; el nuevo rey de España, para joderle la vida a los hispanos, francés pa’acabarla. Los criollos y los gachupines de la Nueva España estaban a favor del recién abdicado rey Fernando VII, en el exilio.
    Gachupín es una palabra bien mexicana, según la etimología de algunos autores, los naturales de estas tierras así los llamaron aludiendo a las espuelas que utilizaban para montar sus caballos: “el término deriva de cactli, zapato, y tzopini, cosa que espina o punza; resultando, por elisión del final -tli, la palabra compuesta catzopini: hombres con espuela y que luego derivó en gachupín”. En un principio, no tenía una connotación ofensiva, sólo era para darles un nombre local a los extranjeros, luego, se fue convirtiendo en una expresión peyorativa y nada agradable para los gachupos.
    Por esos años, todas las colonias españolas en la América, estaban inestables y en muchas de ellas, hubo movimientos de independencia contra la monarquía española directamente, eso mismo pasaba en la propia España en contra de Fernando VII en donde en el mismo periodo era invadida por Francia, un buen caos aprovechado por las colonias españolas en América.
    En la Nueva España, las cosas fueron cambiando durante la revuelta independentista, los insurgentes continuaron en la lucha por los 11 años siguientes, pero no de manera continua y nunca de manera rotunda. Algunos de los gachupines, fueron cambiando de idea y de acuerdo a sus intereses, vieron que independizarse de España no era tan mala idea, y empezaron a idear el plan para hacerlo y quedar bien parados en la nueva nación.
    Ya desde 1815, a la muerte de Morelos, el movimiento insurgente estaba en muy malas condiciones, prácticamente nulificado, se conformaba en escasos combates que no hacían gran mella al gobierno virreinal. El gobierno de la Nueva España tenía la sartén por el mango, casi al completo. Hasta que algunos poderosos y dueños de la riqueza y medios conservadores gachupines decidieron subirse al carrito de la independencia, entra en acción Agustín de Iturbide, hijo de español peninsular y de madre criolla (española nacida en la Nueva España). Agustín se opuso a la rebelión desde su inicio en 1810 y como militar realista luchó implacablemente contra los insurgentes (se echó a varios en el paredón, cierto, se chingó a algunos).
    En 1820, varios de los señores poderosos (y el clero coludido) de la Nueva España vieron que las nuevas medidas tomadas en España en donde Fernando VII (sí, regresó), se vio comprometido por el pronunciamiento liberal de Rafael del Riego, a jurar la constitución rehabilitada de Cadiz de 1812, les imponía un grave peligro de perder sus privilegios en la Nueva España, y lo que ahora buscaban era mantener el absolutismo en la colonia ¿cómo hacerlo si el mismo rey en España ya no era absoluto y dependería de instituciones liberales para tomar decisiones? ¿qué hacemos? ¿qué hacemos? ya sé, nos independizamos de España y ponemos una monarquía en este territorio, le ofrecemos la corona a Fernando VII o a otro borbón de la línea, ¿así, así? claro, ¡a chingar a su madre España! ¿cómo le ponemos al nuevo país? ¿cómo? exacto: “el Imperio mejicano”, y lo lograron, con tropiezos y por un período muy corto, no fue un borbón el flamante emperador del incipiente país y duró sólo 10 meses, pero lo hicieron.
    Existen versiones históricas que el mismo Fernando VII fue uno de los que impulsaron la independencia de la Nueva España para instaurar una monarquía aquí, con él a la cabeza o uno de sus descendientes en línea directa; tenía sentido, qué va de un relativamente pequeño reino en la península a uno enorme en las posesiones americanas y en donde estaban las riquezas ¿esas ricas tierras no habían mantenido por varios siglos al reino español? Hecho, nos la rifamos, pero el asunto no salió como se pensaba, los aires liberales andaban en el aire y además, los EEUU ya veían con malos ojos a las monarquías en América, en 1823, abiertamente lo establecen con su doctrina Monroe: “América para los americanos” elaborada por su presidente John Quincy Adams, lo que no se explicó con claridad es quiénes eran esos americanos, con el devenir se ha sabido a quiénes se refería la doctrina con América y americanos.
    Regresando a fines de 1820, Agustín fue el real abanderado y consumador de la independencia de la Nueva España, vamos, la cabeza armada del plan conservador y absolutista gachupín, por increíble que parezca. Ahí está la conspiración de la Profesa, el plan real de los absolutistas para bloquear la constitución de Cadiz en la Nueva España e independizarse definitivamente de la península, funcionó. Fueron el poder y el dinero quienes determinaron que ahora sí iban por todas las canicas. Y esto fue hecho en un tiempo muy corto, ¡en unos meses!. En 1821, repentinamente, Agustín se convierte en independentista, lo decide  después de 10 años de estar combatiendo a los insurgentes ¿cómo no me di cuenta antes?
    Contactó a Vicente Guerrero, el único insurgente de cierto peligro para el virreinato y portador de la legitimidad independentista, antes su acérrimo enemigo, negoció con él y consiguió su adherencia, buscó negociar con otros insurgentes reconocidos como Nicolás Bravo, Ignacio López Rayón y el propio Guadalupe Victoria, éste último, venía de la sierra veracruzana en donde se había mantenido oculto y en franco retiro de la gesta desde 1819, decían que cuando bajó de los altos, estaba irreconocible, flaco, desgastado y sin muchas ilusiones. Guadalupe, finalmente se adhiere a Agustín y a Vicente, y junto a ellos o muy cerquita, se firma el famoso Plan de Iguala ¿Cuáles eran los principios fundamentales del plan de Iguala y qué garantizaba? 1.La independencia de  la Nueva España y la formación de un gobierno monárquico moderado (por una constitución aunque de carácter absolutista); 2. La igualdad entre americanos y europeos (todos ciudadanos iguales); y 3. La supremacía de la Iglesia Católica en el nuevo estado y única religión posible con rechazo de todas las demás; y así, tutti contenti, ¿o no? No, Guadalupe Victoria, hombre cabal y republicano de cepa, nunca estuvo de acuerdo con una monarquía para el nuevo país, como él, otros tampoco.
    El plan de Iguala, llamado también de las tres garantías, se proclamó el 24 de febrero de 1821; el 27 de septiembre de ese mismo año, es cuando se consuma la Independencia con la entrada y el desfile del Ejército Trigarante a la ciudad de México.
    No mucho tiempo después, a 10 meses de la proclama de Agustín de Iturbide como emperador del Imperio mejicano y no un borbón como se buscaba, éste abdica y es exiliado del país, los tiempos republicanos arriban y el río se revuelve de nuevo, Antonio López de Santa Anna se rebela y poco después, aparece la primera república y el primer presidente de este nuevo país: Guadalupe Victoria, pero este es otro cuento.
    Muy frecuentemente, la historia se acomoda a los intereses del poder, si no es que siempre. El rigor histórico que busca la objetividad es tergiversado y se pasan por alto los motivos verdaderos que dan lugar a los eventos trascendentales. Lo cierto es que una conspiración aristocrática y clerical, fue lo que contribuyó a la independencia de este país, un movimiento político de quienes ejercían el poder real en este país incitados por los cambios en el mundo de ese entonces y que de ninguna manera, querían que se reprodujera en la Nueva España.
    Y así, la Nueva España se convirtió en la Monarquía mejicana, ni en ese momento ni después a este país se le ha llamado oficial y simplemente: México. En la misma acta de independencia del 24 de febrero de 1821, la trigarante, no aparece el nombre de México, aparece Imperio mejicano, Independencia mejicana, nación mejicana; los mismos criollos se llamaban así mismos mejicanos para tratar de deshacerse del apelativo “criollo”, que ya para entonces, era despectivo para ellos. El documento de independencia llamaba a esta región “América septentrional”, ahí se mencionaba a Méjico como la ciudad en donde residiría el monarca pero no al país.
    Unos años después del fin del primer experimento monárquico, el 4 de octubre de 1824, se aprueba la primera constitución federal que añade el carácter soberano de nación por el gobierno republicano; en ella se adiciona el nombre oficial de este país por primera ocasión: “Estados Unidos Mexicanos”, reiterado luego en la constitución de 1857, jurada el 5 de febrero de ese año; posteriormente, coincidiendo en el día, en la del 5 de febrero de 1917, que con 552 reformas o enmiendas hasta el fin del mandato de Felipe Calderón, es la constitución vigente. Como un dato comparativo, la constitución de los EEUU, entró en vigor el 21 de junio de 1788 ¿Cuántas enmiendas ha tenido hasta nuestros días? 27 enmiendas aprobadas, la última en 1992.
    El nombre del centro, del lugar, de la ciudad donde han emanado las decisiones nacionales y de quien ejerce el poder en esta nación: desde los Ueytlajtoani de los mexicas; todos los virreyes de la colonia (63 en trescientos años); los emperadores de ensueño conservador (dos: Agustín de Iturbide y Maximiliano de Habsburgo) y todos los presidentes, legítimos,   ilegítimos e interinos (62 a la fecha), ha sido México-Tenochtitlan, el nombre de la ciudad de los mexicas, dominantes políticos de los pueblos y alianzas en todo el valle del Anáhuac; México: “el ombligo de la luna”, según su traducción del náhuatl, que ha pasado también a nombrar a este país, que oficialmente no se llama así, lo que es claro y contundente es que ningún mexicano diría, al preguntarle ¿de qué país eres? Ah, soy de los Estados Unidos Mexicanos.
    Probablemente si oficialmente sólo nos llamáramos México, aludiríamos a un centralismo evidente, que en la práctica y como nación, así ha sido y es, de hecho. Eliminar lo de “Estados Unidos” de nuestro nombre oficial, sería negar el federalismo, y no queremos eso aunque, de nuevo, en la práctica, los estados federativos no lo son cabalmente, eso de estados libres y soberanos suena más a retórica y a compromiso democrático con lo de afuera que con los intereses de un pueblo que sólo ve, desde abajo, como el poder se perpetúa y se pasa de manos entre la misma familia
    Lo cierto es que ponernos de acuerdo ha sido nuestra gran debilidad como país, y lo peor, viviendo agachados y en la ignorancia, es lo mejor que a un gobierno central le puede pasar. Celebrémoslo.

¡Viva México, cabrones!


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jueves, 10 de septiembre de 2015

Aprender a Pensar, Capítulo 9, Kadok


Reflexiones con Kadok, el alienígena dormido (últimamente).

Hace unos días platicaba con Kadok, lo encontraba algo cabizbajo y pensativo, en un estado que rayaba en el desencanto:

-¿Qué pasa Kadok?

-¿Eh? No, nada, no pasa nada.

-Vamos Kadok, te conozco, no te has ido de viaje últimamente, a esos trayectos en el tiempo que tanto disfrutas, no has despotricado contra lo tonto que a veces resultan las acciones de los humanos, ni siquiera has escrito tus reportes regulares a tu gente y tampoco has probado platillos exóticos que tanto te gustan de los lugares de la Tierra; andabas en los asuntos del Brujo de la Lengua de Luz, con NewFriend y Koalalinde, es más, no has cogido un sólo libro nuevo de tu base de datos, seguro algo te pasa, estás como distraído, ausente. ¿Me vas a decir qué te pasa?

-Bueno, en cierta forma tienes razón, hay algo que me tiene confundido, entre más conozco a los humanos menos los entiendo, tienen un aparato maravilloso encima de sus hombros y sin embargo, no lo usan, sólo parcialmente, no lo entiendo. Mi misión en este lado del universo pierde su sentido, no sé qué hacer o qué pensar de todo esto.

-Ah, es eso, Kadok

-Pues sí, es eso.

-Tú no eres responsable de lo que los humanos hagan o dejen de hacer, recuerda que estás para observarlos, sólo eso.

-Tienes razón fonbòs, esa es mi misión principal, pero no quiere decir que no pueda hacer nada.

-Espera, espera, sí que lo haces, tratas de abrirles los ojos y de que aprendan que hay otras maneras, fuera del pensamiento tradicional, que los hagan mejores y se desarrollen.

-Sí, lo sé, pero hay tan pocos que puedan entenderlo ¿por qué teniendo toda esa capacidad latente permiten que se los maneje y se los lleve por sendas de locura y de sinsentido?

-Bueno, lo que puedo decir es que cada quien es responsable de sí mismo y si deciden irse por un camino o por otro, es su decisión.

-Lo entiendo pero ¿por qué llevarse de encuentro a los que no lo quieren así?

-Porque la mayoría actúa desde el miedo y no quieren perder lo que tienen, no quieren dejar ir sus creencias, por muy irracionales que éstas sean.

-¿Me dices que prefieren vivir en la ignorancia, prefieren no saber?

-Sí Kadok, es así, los humanos prefieren vivir en las creaciones de su mente, algunos lo hacen en completa y verdadera ignorancia, otros lo saben en lo profundo de su interior y sin embargo, niegan la verdad y la razón, se aferran a su ego. Hay otros más, aquellos que viven en congruencia, que son las luces que en ocasiones nos enfrentan con la verdad y nos sacuden de nuestros apoltronados sofás.

-Sí, es cierto, a esos últimos que mencionas los marginan, los atacan, los decapitan, los exilian, una vez que se han ido, a veces a tan sólo unos pocos años de su muerte, resulta que son encumbrados y son los grandes hombres, se publica su pensamiento a través de sus escritos, se ponen calles con su nombre, son personajes nacionales, universales, no tiene ningún sentido.

-No lo hacen sólo con los grandes humanos que nos han precedido o que existen hoy en día, Kadok, ahora basta con que seas un personaje público, con que seas famoso, así seas un humano degradado y de muy baja frecuencia o creación de lo medios o creación de un gobierno, ahí están los héroes nacionales, en los libros o estatuas, ahí están los personajes ficticios en las revistas, en los diarios, en la televisión, en internet, es un mundo de esclavos, de hombres bien portados pero falsos, un mundo de “photoshop”. ¿sí lo ves?

-Pues sí, lo veo, pero no me quiero conformar, quiero pensar que hay esperanza y que la probabilidad de que lleguen a estados, como los de mi gente, sea posible. ¿Lo harán? ¿seguirán destruyéndose a sí mismos y a su entorno? ¿hay esperanza de una real evolución?

-Yo creo que nos falta mucho para eso, lo que hay es incertidumbre, no tenemos una respuesta definitiva, nadie lo sabe, mientras tenemos que hacer lo mejor que podamos, cada uno de nosotros. Tú haces tu parte, yo la mía y de esa forma, cada quien contribuye, los que quieran, claro.

-Tienes razón, no puedo hacer el trabajo de todos, pero sí el mío. Tomaré una ducha para espabilarme, me parece que iré a un sitio en el que nunca he estado, cuando aun no había hombres por aquí, por lo tanto, ni dioses.

-¡Eso suena fantástico! es ciertamente lejano ese lugar, ya me contarás a tu vuelta, me quiero enterar de todo.

-Te veo

-Te veo, Kadok.

    Y así, Kadok salió de su ensimismamiento y renovó sus motivos, al menos estará ocupado y absorto en nuevas misiones de aprendizaje, pero ¿qué dijo al final acerca de que no había hombres y por lo tanto, tampoco dioses? ¡Ah pillo! este alienígena aprende rápido. Para no ser un humano como nosotros, ya nos comprende bastante bien. Lo menciono porque el concepto de dioses o dios no lo había entendido del todo, es algo que me tomó un buen esfuerzo hacérselo comprender pero ahora veo que ya lo tiene entendido; mientras el hombre no exista, no existe dios, ¿qué caso tendría que existiera dios si nadie lo sabe? ¿cómo sabría un hombre que no sabe  que es un hombre y por lo tanto, que no existe como entidad, que dios está ahí? Sin la consciencia de uno mismo, en este caso de la razón, el mundo, el universo y todo lo que le rodea, no tiene sentido, no existe, por lo tanto, todo lo que conocemos antes de ser conscientes, es la nada y en la nada no existe cosa alguna, los dioses o dios existen porque el hombre es, se sabe, está consciente de que es, por lo tanto, dios es una creación del hombre, dios, el concepto, es nuestra mente y nuestra mente es dios, estamos integrados desde el momento en el que tenemos consciencia y nos lo enseñan, cuando la perdemos y morimos, morimos ambos, regresamos a la nada, a la integridad.

    A Kadok no le fue fácil masticar esta información, como ser muy adelantado de los que procede, y a pesar de ello, la información que ellos tienen es muy diferente; no están sujetos a nuestro espacio-tiempo, sus valores culturales y forma de vida, están a años luz respecto a los nuestros actuales. Kadok tuvo que hurgar en antiquísimos archivos de su colonia hasta que al fin, encontró, en su propia lengua (esos garabatos), la información que precisaba. Se dio cuenta que lo que yo le explicaba no era muy alejado de lo que encontró en sus viejos archivos, esto lo supe porque fue todo lo que me dijo, lo que él sabe pues él lo sabe, me dijo además que no quería alterar el desarrollo natural de una especie y ahí quedó el asunto, para mi pesar, odié ser un humano no evolucionado en esa ocasión.

    Más tarde, paseaba por la hilera de árboles que delinean, a ambos lados, el camino que lleva hacia el valle y luego al pueblo, no intentaba llegar hasta allá sino sólo tomar un poco de aire fresco y despejarme un poco. Venía pensando en Wilfred, en esas conversaciones con Ryan, éste último, el único humano que ve a Wilfred como un humano disfrazado de perro (con quien conversa y tiene todo tipo de aventuras) y no como todos los demás lo ven en realidad, como el  perro que es, ¿y si los perros hablaran y tuvieran razonamiento? Bueno, he conocido a perros que demuestran una inteligencia superior a muchos humanos ¿no es injusto?, espero que esos perros ni siquiera lo piensen, es triste. Estos y otros pensamientos invadían mi cerebro cuando de pronto, escuché unos ruidos extraños provenientes de un arbusto al lado de uno de los grandes árboles a  la vera del camino.

 
-¡Ggrrrr! ¡auuff! ¡ggrrrr! ¡ggrrr! ¡auuff!

Me acerqué con sigilo para ver lo que ocurría, creía saber de quién se trataba, aunque no estaba totalmente seguro. Aparté rápidamente uno de los ramales y efectivamente, era quien pensaba.

-¿Qué haces aquí Koalalinde? ¿qué pasa? ¿por qué estás enojado? ¿es que te has peleado con alguien? ¿qué haces acá abajo lejos de tus eucaliptos?

-¡Ggrrr! ¡ggrrr! ¡El zopenco del Brujo de la lengua de luz me llamó estúpido! Me dijo que me llevaría ¡¿cómo se atreve?!

-Cálmate Koalalinde, tómalo por la libre, relax, ya sabes cómo se las gasta ese Brujo, no te lo tomes personal.

-¡¿Cómo no?! ¡si me lo dijo en mi cara, casi escupiéndome, es un cretino! 

-Por eso, eso es precisamente lo que quiere ¿lo sabe ya NewFriend?

-No

-Bueno, sugiero que te tranquilices y no le sigas el juego al Brujo, no le hagas caso, es más, el Brujo no te puede llevar a ningún lado, se metería en serios problemas con NewFriend y hasta puede ser que lo expulsen, él sería ahora uno de los estúpidos que con tanto gusto se lleva a cada rato. ¿Te das cuenta que sólo quiere fastidiarte?

-Creo que tienes razón, es que el Brujo es malo y cuando habla, tira veneno, también me dijo que yo no pensaba y que no podía ser que además un “marsupio” inferior como yo, hablara.

-Pero Koalalinde, todo mundo sensato sabe que los koalas hablan y son muy inteligentes, sólo un retrasado ignoraría este hecho.

-¿De verdad fonbòs? ¿tú crees eso?

-Claro, hay un perro que hasta tiene un programa de televisión, Wilfred ¿lo has visto? sale con Frodo; hay una rana que es una estrella internacional, sale en facebook todo el tiempo con los más diversos “memes” , todos sabemos que los koalas son más listos ¡vamos!

-¿Entonces, yo pienso?, Hablo, porque me estoy escuchando a mi mismo, pero ¿sé pensar?

-Koalalinde, déjate de cosas, por supuesto que sabes pensar, de no ser así, ¿cómo hablarías?

-¿Sí, verdad?

-¿Ya lo ves? ahora ¡ala! vete a tu eucalipto, debes de estar muerto de hambre, piensa en cómo le puedes ayudar a NewFriend en sus obligaciones, trabajo, tiene de sobra.

-Cierto, gracias fonbòs.
 

-De nada Koalalinde, hasta luego.

    ¡Pero que pelmazo ese Brujo de la lengua de luz! Aprovechándose de una alma tierna como la de Koalalinde, bueno, esto ha sido una lección, pasa todo el tiempo. Y sí, Koalalinde sabe pensar, tiene la disposición y estos incidentes, seguro le serán de utilidad. Un momento ¿cómo sé que realmente Koalalinde sabe pensar? ¿porque puede hablar? Conozco a tantos hombres que saben hablar, bueno, lo hacen a un nivel bastante primitivo, pero ¿de verdad piensan? ¿qué es entonces pensar? ¿dónde se aprende?

    Por suerte, me encontré unos apuntes de Kadok que reforzaron mis ideas al respecto, algo así titulado: “Cómo algunos humanos Piensan sobre Pensar-. Pensar es un proceso del cerebro, tiene que ver con la memoria, sin ella, el cerebro estaría perdido ¿cómo pensaríamos si no tenemos elementos para pensar? entonces, pensar es una acción de evocación, de sacar archivos que están en la memoria y mirarlos, olerlos, sentirlos, traerlos al ahora. La capacidad del pensar necesita de la acción, requiere hacer algo con la extracción de los recuerdos almacenados, si no es así, el resultado del pensamiento no tiene valor, sería simplemente traer esa información a una pantalla que nadie vería, por lo que no hay utilidad. Cuando hablamos nuestra lengua nativa, la acción del pensar es como automática, no necesitamos pensar lo que queremos decir, la lengua fluye, hasta cierto punto, ya que hablamos como lo aprendimos (espontáneamente) y en este “como lo aprendimos”, estriba la riqueza o la pobreza de nuestro lenguaje, si nuestro lenguaje es pobre y queremos mejorarlo, es necesario utilizar el pensar y hacernos con las herramientas que nos ayuden, pero esto es algo que hacemos conscientemente, con premeditación, ya no de la manera en que fuimos adquiriendo nuestra lenguaje, como haya sido. Pero he aquí un círculo vicioso, ¿cómo pensamos? pensamos con nuestro idioma, pensamos con el lenguaje, también lo hacemos con imágenes y en cierto grado, a veces intuitivamente, pero el torrente principal del pensamiento es hecho precisamente con el lenguaje que hemos adquirido; si este lenguaje, que nos sirve para expresar y comunicar nuestras necesidades, explicarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno (así fabricamos nuestro mundo propio) no ha sido suficientemente rico y más bien ha sido pobre y extremadamente básico ¿de qué forma, desde esta base primaria de la lengua que manejamos, tendremos la capacidad de generar un pensamiento nuevo que nos indique que necesitamos mejorar nuestro lenguaje, ampliarlo, para tener la capacidad de comprender mejor o sólo comprender, a nosotros mismos y a los demás?

    Pensar no es sólo ser inteligente, inteligente no es “saber más”, tampoco tener ciertas habilidades numéricas o capacidades como la astucia y “pensar rápido”, todos contamos con cierta inteligencia, las máquinas se han hecho para mejorar nuestra vida cotidiana, las han llevado a cabo gente inteligente y preparada, la misma gente inteligente que ha inventado las más atroces armas de destrucción y aniquilamiento de humanos por humanos; ser inteligente no es garantía de un buen proceso de pensar, esto es lo que no quiere decir pensar en su contexto más amplio. La mente humana no arroja sólo razonamiento, también tiene zonas muy obscuras de difícil acceso pero que innegablemente nos impulsan, entre menos conscientes estemos, entre menos sepamos que al menos ahí están, mayor será su control sobre nuestra actuación, somos menos libres y más primitivos.

    Hay personas muy preparadas, capaces en sus terrenos de influencia, inteligentes, cultas, que sin embargo, creen que las mujeres son inferiores, y a su vez, hay mujeres que piensan que son iguales que los hombres y adoptan comportamientos varoniles y actúan como hombres, eso tampoco es pensar, es otra cosa. Dejarnos llevar por las tendencias, por las creencias, por lo que otros dicen que debe ser, por la moda, por lo que me dice quién sea, llámese: institución, padre, pastor, imán, rabino, presidente, papa, autoridad o quien da las noticias, no es pensar ¿dónde esta el filtro, mi filtro, mi criterio? no existe, y si no existe, no hay un real proceso de pensar. Nos movemos con lo que otros pensaron ya, vamos por la vida como autómatas, somos robots programados ¿qué nos hace “ser simplemente como los demás” y no ser lo que cada uno somos? ¿por qué queremos ser como otro y no como yo soy? ¿soy tan malo? ¿por qué no sabemos pensar? ¿por ignorantes, por irresponsables, por comodidad? caliente, caliente.

    No sabemos pensar porque no nos lo enseñaron, porque no tuvimos la capacidad de darnos cuenta, porque crecimos con la creencia de que acumular conocimiento era suficiente y eso nos haría grandes pensadores o por otro lado, nuestra educación fue nefasta y no nos dimos cuenta que algo podíamos aprender en el cúmulo de información que nos hacían memorizar o de plano, nos enfocamos en obtener buenas notas y a lo que sigue, sin más. Nuestra infancia y niñez fueron una pesadilla, no sabíamos aún hablar con soltura la lengua de nuestros padres y ahora teníamos que hablar en una lengua extraña, hasta escribirla y nosotros que nunca habíamos  escrito nada, ¿para qué nos sirven todos esos signos?, no entiendo nada, ¿y la diversión de descubrir, de probar?, fue aberrante, nuestros papás insistían en no sé que tonterías de prepararnos para un mundo competitivo y asegurarnos ser los mejores, que era por nuestro bien y quien sabe que más zonceras de esas, entre más pronto inicies, nos decían, mejor; ¿cuál es la prisa?, lo cierto es que usé calzón contenedor un poco antes de ingresar a la primaria y me sentía un poco torpe en general, todo lo que me hicieron aprender (casi deglutir) fue innecesario, no comprendí nada de eso, siento que me perdí de experimentar, eso sí me gustaba, pero con todos los deberes de la escuela, no había mucho tiempo disponible. Estaba imbuido de la acción de competir, de ganar, de ser el mejor, esto, en lugar de convenirme para mi desarrollo, me impedía reflexionar sobre el objetivo de todo ¿y si no gano? ¿y si no soy el mejor? ¿no sería nada? ¡qué presión!

 Desde el siglo XVIII, este desmedido afán de educación sin tomar en cuenta la madurez del niño, fue señalado y quedó impreso en las ideas de Jean Jacques Rousseau:

“No se trata de que el niño acumule datos, abarque saberes que no comprende. tenga que aprender a leer y escribir tempranamente y sea torturado con una memorización libresca, que sólo sirve para satisfacer la vanidad de los mayores. El niño no es una mercancía a desenvolver y  exhibir delante de extraños, sino un ser un ser que tiene derecho a ser feliz y que sólo puede aprender a partir del juego y de sus propias necesidades. Lo que importa es que aprenda a pensar, y para ello el niño tiene que madurar y disfrutar corporalmente en primer lugar; tiene que educarse a través de los sentidos y asimilar la enseñanza que proporciona la dependencia de las cosas. De nada vale, en una temprana edad, hablar al niño de moralidad o de normas; las únicas leyes que puede comprender son las de lo posible y lo imposible. El hombre es por naturaleza bondadoso, pero no moral. La moralidad es una conquista que acompaña a la razón intelectual y que sólo es posible abordar en una etapa superior. Primeramente hay que desarrollar la razón sensitiva, conocer las relaciones sensibles que las cosas tienen con el ser humano. <> (E.,II.)” (1)

    Pero pareciera que hacemos lo contrario, el sistema educativo se orienta a la acumulación de conocimientos y el patrón general dicta que quien está mejor preparado es quien ha conseguido más títulos, grados y diplomas, y lo peor, en casa piensan que esto es cierto; quien es más ducho en la escuela no necesariamente lo será en el mundo de afuera; repetir el pensamiento de otros, sin filtrar, sin la saludable duda, sin investigar o experimentar, es la prisión más lograda de la sociedad actual y la continuación de nuestros errores. ¿Y si hubiera otras formas de resolver nuestros problemas? ¿y si intentáramos salirnos del círculo vicioso del pensamiento que nos lleva una y otra vez a las mismas soluciones (que hasta ahora no han funcionado)?, ¿y si…? ¿cómo nos haríamos estas y otras preguntas si todo lo damos por hecho? ¿es que nos gusta vivir engañados? quizá sí, preferimos vivir en la apariencia de una vida estable y segura, de lo que los otros piensan que es lo mejor para nosotros, ¿es así como crees que eres libre?

    Estamos en la era de “copiar y pegar”, sólo con revisar el muro de facebook en cualquier momento, nos daremos cuenta; observando a los estudiantes al hacer sus tareas, apoyados con la computadora, también, copypage por aquí, copypage por allá. Somos una copia de alguien más, en nuestra manera de pensar (no lo es, propiamente dicho, eso de “pensar”), en nuestra manera de vestir, en nuestros gustos y preferencias, en la forma en que hablamos, en lo que creemos, en lo que odiamos, nos convertimos en perfectos engranes sociales, manejables, mansos. ¿Qué pasa con lo que tenemos dentro del cráneo? no pasa nada, trabaja al mínimo ¿para qué molestarnos en usarlo? esto de pensar no es para mi, ¡Qué flojera!

    Date cuenta cómo te lleva la corriente, si no te enseñaron a pensar en tu casa ni en la escuela, permítete dudar, nunca es demasiado tarde. La raza humana está en franco declive, si no fuera por algunos que sostienen y manifiestan esos destellos de luminosidad y coherencia de pensamiento, la esperanza sería nula.

    Las ideas, las creencias, el conocimiento en general, pueden ser modificados sin intentamos cambiar de enfoque, maneras distintas de abordar un asunto que provocan soluciones nuevas, el desarrollo y progreso en todos los ámbitos de nuestra vida ha sido posible gracias al pensamiento, pero al pensamiento creativo, al pensamiento de aquellos que se han atrevido y se atreven a ver las cosas de diferente manera, necesitamos eurekas en todos los niveles, no importa si son pequeños o enormes, con que cada uno los genere en su propio núcleo en donde nos desenvolvemos, es suficiente.

    Desmárcate de las ideas dominantes, nunca confíes en los pensamientos hechos, tamiza las ideas y las creencias. Edward De Bono, experto en procesos de raciocinio, nos muestra lo que sucede cuando nuestro enfoque, aunque lógico, en la práctica es completamente erróneo, nos dice: “Por lo común, el peligro no reside en el conocimiento excesivo de una idea, sino en ignorar otras maneras de enfocar las cosas empañadas por una idea dominante. La historia de la araña saltarina ilustra esto de un modo macabro. Un niño tenía una teoría interesante: que las arañas oían con sus patas, y dijo que podía probarlo. Colocó a la araña en medio de la mesa y le dijo que saltara y ésta saltó. El niño repitió la demostración. Después cortó las patas de la araña, la colocó en medio de la mesa y le dijo que saltara, pero en esta ocasión la araña se quedó quieta.
-¿Ya ven? -dijo el niño- si cortan las patas de una araña, ésta se queda sorda.”  (2)

    El pensamiento lógico no siempre es el mejor, aunque es el que prevalece en el mundo, es aquel que se aplaude porque se ciñe a los establecido, aunque no es malo en sí mismo, pero si retrocedemos en el tiempo, descubriremos que las grandes ideas, aquellas revolucionarias y originales, raramente proceden de la lógica, quizá sea por ello que no son aceptadas en su inicio como la idea de que la Tierra no era el centro del universo, por ejemplo. Tenemos que tener cuidado de las ideas dominantes, si es que de verdad queremos ser libres. De Bono nos comenta: “Es más fácil aceptar una idea organizadora sensata que cuestionar esa idea y tener que molestarse en encontrarle la utilidad para uno mismo. Quien ofrece información “empacada” (radio, televisión, prensa) tiene el derecho, y quizá también el deber, de ordenar ese material en una forma presentable y eso implica algún tema dominante. Es muy fácil aceptar el paquete ya organizado que resulta. Por este motivo, la riqueza de la información nueva disponible por los medios antes mencionados rara vez conduce al surgimiento de ideas nuevas entre el público que, debido a la pereza, se mantiene dominado por las ideas de quienes presentan la información. Algunas veces la idea dominante es obvia para todos, excepto para uno mismo.” (3)

 ¿Quién no recuerda cómo se le decía al televisor? correcto, “la caja tonta” o “la caja para tontos”, ahora ese nombre ya no queda, mejor sería: “la pantalla plana tonta” y aunque sea 4K, sigue siendo una pantalla, y tonta, inclusive cuando se convierta en holograma, el concepto es el mismo.

-Cuelga tú.
-No, mejor cuelga tú
.Nooo, cuelga tú
-Bueno, a las tres colgamos al mismo tiempo ¿va?
-Va
(¿Cómo se cuelga un móvil? Hace decenios que los teléfonos no se “cuelgan” de ningún lado, sin embargo, lo seguimos diciendo).

    Pensar no es oponerte a todo, el proceso de pensamiento efectivo es precisamente intentar comprender lo que nos rodea y buscar las mejoras que nos hagan desarrollarnos, a nosotros mismos y a los demás, pensar efectivamente tampoco es ganar en una disputa y tener razón,  no es el tradicional pensamiento aristotélico de lógica rígida, tiene que ver con la asimilación y con nuevas maneras de enfoque que quizá a simple vista no se contemplen y por supuesto, no es fácil ¿quién dijo que lo era? Pensar efectivamente está enlazado con la consciencia, con el buen obrar, los fines de pensar bien persiguen a la razón pero también a nuestros mejores sentimientos, como humanos que somos, pensar bien descansa también en la intuición y en la emancipación, persigue la libertad real y no rehuye de las responsabilidades implícitas y el trabajo que se requiere para ello.

Piénsalo, si quieres, pero primero, necesitas aprender a pensar ¿lo sabes?, excelente, personas como tú son la que esta especie, la humana, necesita.


Terminamos con Rousseau:

“En el orden natural, siendo todos los hombres iguales, su vocación común es el estado de  hombre; y quien quiera que esté bien educado para esto no puede cumplir mal con cuanto se relaciona con esta condición. Poco me importa que a mi alumno se le destine a las armas, a la iglesia al foro. Antes que la vocación de los padres, la naturaleza le llama a la vida humana. Vivir es el oficio que yo quiero enseñarle; saliendo de mis manos él no será, convengo en ello, ni magistrado, ni soldado, ni sacerdote; será primeramente hombre: todo lo que este hombre debe ser y sabrá serlo en la necesidad tan bien como precise; y cuando la fortuna tenga a bien hacerle cambiar de lugar, él permanecerá siempre en el suyo. Occupavi, te, Fortuna, atque cepi; omnesque aditus tuos interclusi, ut ad me aspirare non poses (*)". (4)

(*) Párrafo capital, en el que se expresa concretamente el objeto del libro. Cicerón, Tusculanas, versículo 9: “¡Oh suerte, me anticipé a ti y te hice prisionera; cerré todos tus caminos para que no lograses apresarme!”
 

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(1) Ma. del Carmen Iglesias, en el prólogo del “Emilio” de Rousseau.
EDAF, Ediciones-Distribuciones, S.A.
Madrid, 1982.
(2) & (3) Edward de Bono, “Pensar Bien”.
Compañía General de ediciones, S.A. de C.V.
México, 1986, Ed. Junio 2002.
(4) J.J. Rousseau, “Emilio”
Fragmento, pág. 41
EDAF, Ediciones-Distribuciones, S.A.
Madrid, 1982